Entrevista

FILIPE ESTRELA: «DEBES APRENDER A AMAR EL FRACASO, PORQUE ES PARTE DEL ÉXITO»

De los sabores de su abuela en Brasil a los espectaculares postres de su creación: “Lupe Bolos”, un emprendedor que endulzó su destino a punta de esfuerzo y persistencia.
Rildo Barba

El empresario gastronómico da clases y consultorías.

«Filipe Estrela tiene muchos sueños y metas que cumplir», me dice este cocinero conocido en Santa Cruz de la Sierra como “Lupe Bolos” —Lupe tortas, en español—. «Siempre busco más; más oportunidades para generar ingresos, más empleos que ofrecer, más formas de ayudar a los demás. Siempre pienso cómo aportar».

Filipe es brasileño, tiene 30 años y lleva ya 11 viviendo en la capital cruceña. Nació en Brasilia, pero creció en Santo Antônio do Descoberto, una localidad cercana, donde pasó su infancia y adolescencia. Aprendió a cocinar de la mano de su abuela paterna, Francisca, originaria de la región de Paraíba, quien le transmitió el arte de preparar platos típicos cargados de sabor: mucho ajo, cebolla, comino, cilantro… condimentos fuertes, como él mismo los describe.

¿Cómo decidiste dedicarte a la gastronomía?

Cuando tenía 14 o 15 años, un tío en casa de mis abuelos me dijo: “Vos podrías estudiar astronomía” (risas). Yo dije: “Tío, estás equivocado; debe ser gastronomía”. Y sí, él se refería a la gastronomía: “Vos cocinas superbién”. Eso quedó en mi cabeza: gastronomía, gastronomía, gastronomía… El tiempo fue pasando y empecé a trabajar con mis tíos; también fui pintor y funcionario en una gasolinera. Pero seguí cocinando para mi familia y todo el mundo me elogiaba. A los 17 años entré a una panadería como mesero y vi la oportunidad de estar en la cocina, para aprender. Lo logré y en tres meses yo ya hacía bocaditos. Estaba en ello cuando surgió la oportunidad de venir a Bolivia.

¿Por qué a Bolivia?

Vine con una pareja que iba a estudiar medicina acá y yo quise aprovechar para formarme en gastronomía; tenía 19 años, recién había terminado el colegio. Mi idea era estudiar solamente dos años y luego volver a Brasil a trabajar en un restaurante; pero sólo pude estar un mes y medio en la escuela porque no entendía nada de español. Entonces tomé la decisión de dejarlo y dedicarme sólo a trabajar, para aprender el idioma y después regresar; lo hice en el restaurante Fazenda.

Todo lo que me has contado hasta ahora es referente a tus inicios en la comida salada. ¿Cómo nace el repostero, “Lupe Bolos”?

Yo había aprendido a elaborar algunos postres en la panadería de Brasil. Un día compré una batidora y empecé a preparar masas dulces en casa. En ese tiempo vivía en un lugar donde había muchos brasileños y a ellos ofrecía mis postres. Gustaron tanto que, de una por día, pasaron a ser dos y luego tres. La cosa fue sucediendo y creciendo.

¿Y por qué no experimentaste un negocio con salado?

Noté que lo dulce gustaba mucho a los bolivianos y como yo ya tenía a la comunidad brasileña, me di cuenta de que podría dar un buen resultado. Y sí, la demanda aumentó. Hacía tortas en vasos lo que ahora se llama “cuchareable”, queques volcán… En 2017 me conocían tanto que llegué a la tele, a “La batidora” (Unitel). Mostraba mis postres y también gastronomía brasileña. Sirvió para mi marketing y publicidad, hablando “portuñol”. Estaba empezando a ganar plata, pero llegó la pandemia.

¡Te jodió!

A todos. Pero, imagínate cómo fue para una persona que dependía de sus ventas para sobrevivir en Bolivia, que tenía que enviar plata para su abuela… Después de pasar por una crisis depresiva, la situación me mostró que yo podría ir mucho más allá. Ante la llegada de la Pascua, toda la plata que tenía la invertí en chocolate y cajas. ¡Fue una de las mejores Pascuas de mi vida! Realmente renací. Por 15 días estuve bebiendo dos botellas de vino por día, hasta que decidí hacer tortas en vasos. Unos amigos me ayudaron con el marketing y publicábamos fotos en las redes sociales. Dos taxistas que tenían permiso para circular, llevaban los encargos. Un día, cuando ya había pasado la cuarentena, participé en una feria de emprendedores en el Ventura Mall. Mis postres fueron un éxito total: la gente hacía cola para comprar; en tres días vendí 1.500 vasos. Con la plata que gané, abrí mi local en Equipetrol. ¡Era una locura! Había personas esperando afuera para ingresar.

¿Qué gustaba tanto aparte de las tortas en vasos?

Lo que pasa es que yo llevaba show a la mesa; por ejemplo, el brownie con helado lleva bombones, frutillas y crema de avellanas. Cosas así hicieron explotar las redes sociales. No teníamos espacio para recibir más clientes; además, el local era pequeño.

¿Y cuándo incluiste la comida?

Vi lo que quería la gente y me fui preparando, incluso en lo administrativo, en las finanzas. Contraté más personas y abrimos Lupe Bolos Bistró and Cake, un lugar que tiene un poco de la gastronomía brasileña. Fue un gran desafío porque tenía que lidiar con mucha gente. Ahora tenemos Lupe Bolos Corporativo: Lupe Bolos Pastelería, Lupe Bolos Bistró y pronto abriremos Lupe Bolos Express, donde usted tendrá su pedido listo para llevar o salir comiendo. Es un modelo de negocio para franquicias.

El menú que ofrece «Lupe Bolos» es variado y tiene productos exclusivos por temporada.

La vida de “Lupe Bolos” ha estado marcada por la influencia femenina. Su abuela, su madre y su tía fueron figuras preponderantes en su formación, y hoy, el 95 % de su equipo está compuesto por mujeres. «Son más cuidadosas, más detallistas. A veces tienen sus momentos de vulnerabilidad, yo cuido muy bien de eso. Prefiero trabajar con ellas», afirma el ahora empresario gastronómico. «A lo largo de mi vida, muchas de las personas que me han ayudado han sido mujeres. Me orientan, me aconsejan, y lo siguen haciendo».

Aunque se crió con sus abuelos, sus padres están juntos y aún viven. Su hermana trabaja como manicurista, y su hermano, experto en sistemas informáticos, vivió hasta hace poco en Santa Cruz, pero decidió regresar a Brasil. Su madre lo ha visitado, y si no fuera por una operación de várices que debía hacerse en su país, estaría ahora mismo con él, apoyándolo en el restaurante. Sobre su padre, Filipe comenta con orgullo: «Él está muy feliz por lo que he logrado. Y cómo no estaría orgulloso, si su hijo —con poco presupuesto en el bolsillo— logró cumplir sus metas en otro país».

¿Qué decía tu abuela de tus logros en Bolivia?

Mi abuela no llegó a ver lo que conseguí en este país. Murió en 2020. Ella fue una de las primeras personas en apoyarme en todo lo que hacía; todos los primeros pasos que di en la cocina, ella los apoyó. Siempre fuimos grandes amigos. No vio a su nieto con su restaurante abierto, pero sé que, desde el cielo, me mira. Hoy, su foto está en una pared y si usted abre mi menú, verá que cuenta su historia.

Me dijeron que ahora también sos maestro de gastronomía…

Doy clases dentro de mi cocina. Ya tengo más de 2.000 alumnos de todo el país e incluso de afuera porque, también, he dado cursos online. Además, doy consultoría sobre negocios gastronómicos con gente que quiere tener su propio restaurante.

¿Cuál es la clave del éxito de “Lupe Bolos”?

Hay una mezcla de mucho esfuerzo y trabajo, pero creo que la persistencia tiene mucho que ver. Para lograr nuestros objetivos, no hay que perder el miedo; hay que afrontarlo; también debes aprender a amar el fracaso, porque es parte del éxito. Es ahí donde sabes cuán fuerte sos o aprendes a serlo.

¿Cómo es que te animás a invertir en un nuevo negocio en plena crisis económica?

Es que en realidad me encanta el desafío (risas). Me gusta probar de qué soy capaz. Yo pienso que es en las crisis donde las personas podemos saber quiénes somos y si estamos aptos para seguir adelante. Entonces, veo la crisis como procesos y es ahí donde hay que moverse mucho más; hay que atraer al público de una manera diferente: con mejor publicidad, con mejores productos… Si pudimos sobrevivir a una pandemia, una crisis más no es nada.

Su comida tiene influencia indígena, africana y portuguesa, al provenir del nordeste brasileño.

Fotos: Gentileza de Lupe Bolos Bistró and Cake

DATOS
Lupe Bolos Bistró and Cake está en la calle Los Flamboyanes n.° 17, del barrio Sirari, a una cuadra del 3er anillo externo
Atienden de lunes a domingo, de 8:00 a 20:30 h
Facebook: https://www.facebook.com/lupeboloscakeandcoffe

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