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GELGAR OLMOS CAMBIÓ EL PERIODISMO POR LAS RELACIONES PÚBLICAS Y LOS EVENTOS

Es orureña y vive en La Paz. Trabajó en los diarios El Nuevo Día y El Mundo, de Santa Cruz. Confiesa que ama la capital cruceña y desea volver a vivir en ella.


Gelgar Olmos es una periodista orureña ahora dedicada a las relaciones públicas y organización de eventos. En sociedad con una amiga, hace dos años abrió en La Paz la empresa Trendingtopic, pero en su cabeza da vueltas la idea de volver a vivir y trabajar en Santa Cruz, urbe en la que vivió cinco años. «Allá aprendí a hacer periodismo, gané grandes amigos y aprendí a moldearme y crecer como persona. Yo anduve Santa Cruz anillo por anillo y la amé», confiesa con melancolía.

En la capital cruceña, trabajó en los diarios El Nuevo Día y El Mundo. Y tanto fue su amor por la ciudad que planificó su futuro en ella y compró una casa. Sin embargo, problemas personales la obligaron a volver a la sede de Gobierno con su hijo, en ese entonces de nueve años.

¿Qué te gusta tanto de Santa Cruz?
Su gente. Está en el ADN del cruceño ser dado, leal y abierto; ser franco y amigo. Además, son personas a las que les gusta mirar más allá y eso te enseña a seguir adelante en la vida, pese a todo. Creo que en Santa Cruz tuve una gran escuela de vida.

¿Y no te morías de calor?
El primer año fue de tortura; me daba hasta cefaleas y mi presión se bajaba constantemente. En todo caso, mi jefe me tuvo compasión y a las collas de El Nuevo Día nos mandaron a hacernos cargo del suplemento internacional, sin salir a la cobertura diaria. Ya para el segundo año, estaba con mi grabadora en el área de Sociedad.

Y si la pasaste bien allá, ¿por qué no has vuelto?
Le he dado vueltas al asunto y siempre aparecen cosas que me siguen amarrando a La Paz. Sergio, mi esposo, es el más entusiasta en cambiar de ciudad. Me lo está casi exigiendo. Veremos si damos el paso para fin de año.

¿Y cuál es el afán de él por venir a Santa Cruz?
Sergio (Vázquez) es chef y trabaja independientemente desde casa. Es español y su especialidad son las paellas que le han abierto un muy buen mercado aquí en La Paz, pero quiere expandirse y está convencido de que el mercado cruceño sería ideal para vender su producto; por otro lado, aún siente el agobio de vivir a 3.600 metros sobre el nivel del mar. Es nacido en Marbella, una ciudad preciosa de Andalucía, donde se encuentran las playas más lindas, y por eso él ansía el cambio.

Él no era tu marido cuando viviste acá…
No, él está a mi lado desde hace 14 años. De mi anterior esposo tengo un hijo, Nicolás (de 27), que ahora es arquitecto. Con Sergio tenemos a Rafael (de 12) y Antonio (de 11). Yo soy la reina de la casa, definitivamente.

Entonces en cualquier momento te hacen abuela…
No, y me lo han hecho saber formalmente. Como todos los millennials, Nicolás quiere hacer una vida propia y su novia imagino que piensa igual. Así que todavía esperaré mucho para tener nietos.

¿Qué tal es la vida en La Paz?
Vivir en La Paz es para valientes; no te dan los tiempos para hacer otras cosas que no sea trabajar. Estamos en una hoyada citadina que te come y si no caminas pisando fuerte, te hundes. Por otro lado, es interesantísimo abrirse un lugar acá; total, es la sede de Gobierno y muchas cosas se tejen, destejen y deciden aquí. En Santa Cruz el enfoque es otro, ya que el horizonte es como cuando te paras mirando hacia el Norte en plena avenida Banzer: todo es amplio y prometedor.

¿Cómo fue que creaste tu empresa?
Después de trabajar en medios de comunicación, encontré una veta fabulosa en el sector público como servidora y no como funcionaria. Fue en octubre de 2018 cuando decidí emprender junto a mi socia y compañera Cinthia Guzmán. Tener algo propio es como vaciar todo lo que tienes en una vasija y hacerlo te da la satisfacción que solo el cúmulo de experiencia y esfuerzo te lo permite. En cada trabajo queremos marcar tendencia y hacer que nuestros clientes sientan que tienen un servicio de alta calidad.

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