Está ubicado a 101 km de Santa Cruz de la Sierra, en Cuevas. Tiene cabañas superconfortables, una piscina temperada y paisajes de ensueño.
Cuando el estrés invade nuestra rutina, solemos dejar volar nuestra mente a lugares perdidos en la naturaleza. Nos imaginamos en una casa apartada en mitad de la nada, rodeada de árboles y con el canto de los pájaros como único sonido. Esta ensoñación se puede hacer realidad en Gringuito, un pequeño hotel compuesto por cabañas (departamentos) escondidas entre las montañas.
Ubicado en la población de Cuevas, a 101 km de Santa Cruz de la Sierra sobre la carretera antigua a Cochabamba, el lugar es de una belleza natural extraordinariamente y de una arquitectura acorde y superconfortable. Para llegar hasta allí en vehículo propio o transporte público (los trufis que van a Samaipata te dejan en la puerta) se pasa por comunidades con ofertas de frutas tropicales, se suben las estribaciones andinas y se bordea un río que a veces se ve lejano y en otras partes permite refrescarse en sus aguas. En dos horas y media de viaje, Gringuito está a disposición.
El terreno irregular fue aprovechado por sus propietarios para construir cabañas de diferentes modelos. Algunas parecen colgar de las pendientes inclinadas y todas dirigen sus principales vistas a la parte baja, donde se encuentra la recepción, el restaurante-churrasquera, un parque infantil y una gran piscina temperada, en cuyo alrededor el visitante también puede jugar billar y futbolín. Si tenés la suerte de toparte con los pavorreales, disfrutá de su hermosura.
Las noches pueden ser divertidas en el karaoke: un sitio amplio, decorado con recuerdos de viajes y artículos antiguos. Tiene varios ambientes (¡incluso un cine!) para hacer más confortables las interpretaciones musicales, y la atención, como en todo el centro hotelero, es de primera. A propósito, en Gringuito se han realizado celebraciones de cumpleaños, bodas, aniversarios empresariales y las de Año Nuevo.
Actualmente a Gringuito acuden visitantes de todas partes, tanto nacionales como extranjeros. El motivo es evidente: su paradisíaco enclave, la tranquilidad reinante y el buen trato de sus funcionarios. Las cabañas pueden variar de capacidad: las hay para parejas, para matrimonios con niños y las familiares en las que también se pueden hospedar grupos de amigos. Cada una de ellas cuenta con cocina equipadas y churrasqueras, y, por supuesto, con acondicionadores de aire y baños con agua caliente.
Y por si se desean cabañas más rústicas, cruzando la carretera y solo a unos metros de distancia, Gringuito tiene un conjunto de pintorescas casitas, ¡todas comodísimas! Agrupadas y compartiendo floridos jardines, son ideales para que los niños correteen y para personas de movilidad limitada. Para llegar hasta ellas se cruza el río a pie o “sobrevolando” en un simpático carrito impulsado por poleas. ¡Una emoción imposible de perdérsela!
Con cocina y churrasquera en las cabañas, preparar los alimentos puede ser divertido con la familia o los amigos. Pero si se quiere evitar la fatiga, hay la opción de solicitarlo a los funcionarios; su maestría brilla en platos como el majadito o un churrasco, perfectos para disfrutar al mediodía o de noche, cuando el cielo del lugar está cuajado de estrellas. La carta de vinos, cervezas, gaseosas, energizantes y helados es amplia.
Si todas estas propuestas te saben a poco, te retamos visitar Gringuito para corroborar todo lo expuesto. Comprobarás por cuenta propia que se trata de un lugar donde podés relajarte sin comprometer al planeta y tendrás un nuevo destino vacacional para decirle chau al estrés.
DATOS
Facebook: https://www.facebook.com/Cabañas-Gringuito-1699383586943012
WhatsApp para reservas: 70952555 – 77887171