Inés Bistro & Bakery, Jarana, Serafina, Hito y Palosanto: los cinco restaurantes de la chef cruceña comparten los mismos ingredientes: pasión, innovación y autenticidad.

La chef cruceña también es periodista. Ha sabido combinar ambas profesiones.
Hay historias que se cocinan a fuego lento. La de Inés España es una de ellas: una mujer que encontró en la cocina no sólo su vocación, sino también su camino de renacimiento personal y profesional.
Su primer restaurante, abierto hace años cerca del estadio Tahuichi Aguilera, marcó el inicio de un recorrido que, aunque prometedor, terminó en crisis. «Administrativamente estaba un desastre, debía a proveedores, al personal, a todo el mundo. Fue un fracaso total, aparejado con el divorcio», recuerda. Pero fue también el punto de quiebre. «Cerré todo y fue como si hubiera vuelto a nacer. Borré mi pasado y empecé de cero», dice.

Cuatro opciones que brinda Inés España en Santa Cruz de la Sierra.
Ese nuevo comienzo se concretó el 15 de diciembre de 2018, cuando abrió su restaurante Inés España Bistro & Bakery en el Patio Design, con un concepto distinto al anterior, menos gourmet. «Quería un lugar cercano, donde se pueda comer a cualquier hora, sin horarios fijos, sin formalidades. Comida casera, pero fuera de casa», explica. El modelo funcionó. El menú flexible, la atención continua y algunos platos emblemáticos —como el risotto de hongos o el salmón en costra de sésamo— conquistaron a la clientela.
Después vino Jarana, concebido antes de la pandemia y nacido después de ella. «Sentíamos que la gente necesitaba distraerse, así que lo volvimos un lugar con música, comida para compartir y cero protocolo. Un sitio para disfrutar sin complicaciones», cuenta.
A ese le siguió una sucursal de Inés Bistro & Bakery en Las Brisas, abierta en 2020, adaptada a un ambiente más bohemio y de bar. Y luego Serafina, un homenaje a la cocina italiana tradicional que dirige junto a su esposo, Giovanni Monterosso, de raíces italianas y corazón peruano. «Queríamos que sea realmente italiano, con productos importados, recetas antiguas y respeto por la tradición», detalla.
Más tarde nació Hito, su propuesta de cocina asiática con identidad boliviana. «Tiene su toque nacional. Usamos achachairú, maracuyá, locoto. Es una cocina creativa, con coctelería maravillosa», dice orgullosa. La chef confiesa que es su adulado, por el gusto que siente por ese tipo de comida.
Y en 2025, el más reciente capítulo: Palosanto, un restaurante peruano tradicional ubicado en Green Tower. «Mi esposo extrañaba su comida, pero queríamos darle jerarquía a la cocina peruana. No fusión, no Nikkei: cocina peruana auténtica, con productos importados y un ambiente moderno que te transporta a Lima», comenta.

Palosanto, su más reciente restaurante abierto, ofrece cocina peruana.
Detrás de cada apertura, Inés pone cuerpo y alma. «En cada restaurante me capacito. No puedo abrir un lugar sin conocer su cocina desde adentro. He hecho pasantías en Italia y en Perú. Es la única manera de ser coherente con lo que se ofrece», asegura.
Pero su espíritu emprendedor la llevó más allá. Inés se atrevió con los postres y abrió Stravaganza, una heladería que se ha vuelto parada obligada en el Patio Design. «Quería un lugar divertido, donde la gente vuelva a ser niña por un momento. Hacemos helados naturales, sin aditivos, con frutas reales y combinaciones poco comunes», explica.
Su historia también es la de una periodista que se hizo cocinera cuando ya nadie podía detenerla. «Mi madre casi se desmaya cuando le dije que quería estudiar cocina», recuerda riendo. «Pero con el tiempo se dio cuenta de que todo tenía sentido. Haber sido periodista me ayudó a comunicar, a enseñar, a construir una marca con credibilidad».
Hoy, con más de 20 años de trayectoria, Inés España representa mucho más que una chef. Es una mujer que aprendió a transformar las crisis en recetas nuevas, los fracasos en oportunidades y los sabores en memoria. «Todo lo que sucedió en mi vida fue perfecto», dice con serenidad. «Porque si no hubiese tocado fondo, nunca habría florecido».

La chef cruceña lleva más de 20 años en el quehacer gastronómico.