El concejal cruceño es famoso por los ‘tiktoks’ en los que deja al descubierto actos de corrupción en el Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra. Asegura que lo hace para mostrar su trabajo y que solo la ciudadanía decidirá si da para más.
Quizá poca gente ubique a Carlos Manuel Saavedra, pero a “Mamén” sí. Ni siquiera hace falta mencionar su apellido; con decir su nombre es suficiente para que todos evoquen sus ‘tiktoks’ donde se muestra descubriendo delincuentes en el Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra, haciéndolos huir y destapando corrupciones.
El apodo se lo puso la hija de una señora que trabajaba en su casa. Al no poder pronunciar Manuel, su forma de llamarlo se convirtió en su nombre. «En mi casa parece que se han olvidado de cómo me llamo y mis amigos prácticamente ni están enterados», indica el edil, conocido en el mundo farandulero cuando comenzaba el nuevo milenio.
Casado con la exreina del Carnaval Roxana del Río, con quien tiene dos niños, “Mamén” cuenta con más de un millón de seguidores en TikTok y sus “me gusta” superan los 19. Son también muchos los memes que parodian sus acciones y los jaladas de oreja al alcalde.
Fue concejal de 2010 a 2012 y tenía que haber durado hasta 2015, pero una serie de denuncias lo hizo abandonar el cargo para defenderse. «Me sacaron por fiscalizar, estuve hasta con arraigo; pero al final se cayó todo lo que había en mi contra», dice. «Cuando uno fiscaliza perjudica grandes intereses: políticos y económicos».
¿Por qué te metiste a la política?
Porque la política es una herramienta con la que podés conseguir los cambios que necesita tu ciudad y tu país. Desde la sociedad civil o desde el activismo ciudadano es muy difícil conseguir lo que necesita la gente y la ciudad. Para lograr los cambios, básicamente tenés que remangarte los pantalones y meterte al agua, ¡no hay otra! Los vecinos se pueden movilizar y hablar con las autoridades, incluso pueden conseguir lo que necesitan; pero tardarán semanas o meses en que eso pase. En cambio, si una autoridad decide ayudarlos, puede solucionar problemas en días o tal vez en horas.
¿Siempre estuvo en tus planes ser político?
Yo soy ingeniero agrónomo, pero siempre me interesó el tema de ejercer algún tipo de liderazgo. En el colegio fui presidente del curso, he formado parte de la directiva de mi comparsa… Y al final, por el tema de las necesidades de la ciudadanía y de generar cambios, decidí entrar a la política.
Pero vos entraste a fiscalizar… ¡y eso trae problemas!
¡Claro! A los políticos corruptos uno les estorba porque quieren tener la cancha libre y estás perjudicando sus ingresos. Y cuando se junta el hambre con las ganas de comer, alguien tratará de generar situaciones para perjudicarte, desde denuncias que no tienen razón de ser hasta amenazas telefónicas. Son cosas que más afectan a la familia y uno tiene que ser considerado con ella, porque a veces estamos tan metidos en el trabajo y no nos damos cuenta de lo que eso implica. Pero la esposa y la mamá sí se ponen nerviosas.
¿A qué te referís con lo de ser “considerado”?
En no tomar las amenazas a la ligera, en denunciarlas y en tomar algunas medidas.
¿Esas “medidas” son de seguridad personal?
Simplemente a tomar algunas precauciones y estar más atento.
Pero, ante tantas denuncias que hacés y maleantes que correteás, deberías de andar con guardaespaldas…
Mirá, creo que mi mayor seguridad es la gente. El apoyo que siento en la calle es impresionante; no sabés lo agradecido que estoy por eso. Si alguien intenta hacerme algo, estoy seguro de que la gente no lo permitirá, aunque yo tampoco soy manco. De todos modos, tengo una vida relativamente ordenada: no bolicheo, me gusta estar en mi casa con los pelau… Creo que eso complicaría un poco a quien piense en atacarme: a mí no me pillarán solito por ahí abriendo la boca.
Te lo preguntaba porque he visto los videos donde te enfrentás muy cara a cara con los maleantes… ¿No te da miedo de que te tiren pa’ tu lapo?
¡Claro! Es un riesgo. Lo que pasa es que si a los corruptos no los enfrentás de frente, si no los encarás, seguirán en lo mismo. Los extorsionadores, los abusivos, los pícaros buscan quien les tenga miedo. Y eso es lo que yo le digo a los vecinos: cuando alguien denuncia, se empodera, ¿por qué? Porque ese pícaro irá donde otro a decirle “¡No! Ni vas donde tal porque ese te denunciará. Buscate uno que te tenga miedo y te pague”. Entonces, así como yo le pido a los vecinos que denuncien, yo lo tengo que hacer.
¿Por qué hacés ‘tiktoks’ con tus denuncias?
En realidad, lo que yo hago es mostrar mi trabajo. Así como tengo denuncias también muestro propuestas. Las funciones de un concejal son fiscalizar, que es cuidarle la plata a la gente, que no le roben; legislar, hacer leyes municipales, y deliberar, que es debatir en el Concejo Municipal. Entonces, en mis redes lo que yo hago es mostrar mi trabajo. Esa es mi obligación, porque al final ustedes me pagan mi sueldo y tienen que saber qué es lo que yo estoy haciendo.
Pero creo que la gente mira más los videos donde enfrentás a los maleantes, donde corren al verse descubiertos, o sea, los que más les provocan morbo…
Eso es relativo. Cuando es un tema de denuncia, la proporción de visualizaciones es 60 % masculina y el 40 % femenina. Cuando es un tema familiar o tal vez de entretenimiento, el porcentaje se invierte. Pero hay material que se ha vuelto viral sin ser de denuncia.
¿Alguna vez tu mamá o tu esposa te han dicho que dejés de denunciar?
Nunca, nunca. Y eso se los agradezco profundamente. ¡No sabés cómo me apoyan! Yo sé que lo que hago les genera temores e inseguridades, pero me apoyan al 100 %. Roxana detesta la política, pero me conoció político y me entiende. Muchas veces hemos tenido que dejar de hacer muchas cosas por mi trabajo y nunca me lo ha echado en cara.
¿Extrañás tu época de bolichero?
Yo me casé a los 42 años, entonces creo que bolicheé por unas cuatro generaciones (risas), ya no extraño hacerlo. Me sobregiré disfrutando mi etapa de soltero, entonces no extraño nada de eso porque ya lo hice. Estoy feliz en mi rol de pareja y el de padre me gusta y lo disfruto.
¿Y por qué tardaste tanto en casarte?
Creo que no se puede decir me voy a casar a los 20, a los 35, a los 40 o a los 50; cuando llega la mujer indicada llega y, gracias a Dios, yo encontré a Roxana sin buscarla. Es una persona con la que comparto los mismos principios y los mismos valores. Me casé en el momento indicado.
¿Eso no fue 40 y 20?
(Risas) No, nos llevamos por tanto. Casi, pero no. Son 13 años.
¿Hasta dónde querés llegar en la política? Dicen que querés ser alcalde…
Te voy a ser extremadamente sincero: a mí me encanta ser concejal; estoy donde quiero estar. Mi obligación ahora es ser buen concejal. Son ustedes, los ciudadanos, los que decidirán si yo doy para más o me tengo que ir a mi casa. Ahora no es oportuno hacerlo porque recién llevamos la mitad de la gestión. Después la gente verá qué pasa.
Eso sería lo ideal, pero convengamos que los ciudadanos le hemos pelado un montón de veces al elegir a nuestras autoridades…
Estoy seguro de que después de esta gestión la población se va a dar cuenta de lo importante que es saber elegir; porque lo que nos está pasando como ciudad es desastroso. No estamos estancados; por lo contrario, estamos retrocediendo. Entonces, en la próxima elección va a pesar mucho quién es el candidato, qué ha hecho y qué no ha hecho; no creo que la gente vaya a votar de nuevo por un charlatán.
Pero, ¿no creés que la mala memoria de la ciudadanía y las prebendas provoquen otra mala votación?
Hay que tener fe de que eso no pasará. No hay que perder la esperanza.