Emprendedores

MESTIZO ES MÁS QUE MACETAS: ES LA PASIÓN DE JULIANA

En septiembre lanzó una colección denominada “Arte en casa”, que incluye pinturas de Renate Hollweg, Adolfo Torrico, Tania Ávila y Macarena Valdés.

Juliana Suárez creó Mestizo aprovechando su amor a la naturaleza y al arte, y, obviamente, para ayudar a su esposo Eduardo Nazrala en la manutención del hogar en la cuarentena. Había estudiado Odontología en Buenos Aires y al estar esperando que su título sea convalidado para poder trabajar en Bolivia, se le ocurrió el negocio de vender macetas pintadas por ella misma. Y no solo eso: también ofrece tablas para picaña, aceite para dar brillo a las plantas y soportes o pedestales de madera y metal para macetas. Dentro de poco lanzará portamacetas colgantes de macramé y cuero.

Mestizo, según su fundadora, es un mix de elementos hechos de madera, cemento, cuero, pintura y plantas. En su casa, mientras cuida a su hijo de dos años, Juliana pinta los diseños que su mente genera. Evidentemente, no es fácil ser mamá y estar en otras tareas, pero cuenta con el apoyo de su madre y de su suegra. Desde su hogar ofrece y vende sus productos mediante las redes sociales. «Las macetas lisas son pintadas con pinturas automotivas y las otras con óleo y acrílico», indica. Para este mes de septiembre pensó en una colección que bien podría ser denominada “de edición limitada”. Se trata de una serie de macetas pintadas por artistas plásticos reconocidos a escala nacional.

“Arte en casa” se llama el proyecto que está listo para ser admirado (en la cuenta de Mestizo en Facebook se puede tener una idea al respecto). En las macetas de Mestizo, Renate Hollweg puso rostros nativos, Adolfo Torrico pintó aves cantando a la naturaleza, Tania Ávila retrató la belleza de la mujer y Macarena Valdés dejó por sentado su gusto por las flores. «Son obras preciosas», califica Juliana. Su casa, ahora, es como una galería de arte. «Somos más que una maceta».

Con la crisis sanitaria tuvo mucho tiempo para innovar, pese a que la falta de ventas casi la obligó a claudicar. En mayo, por el Día de la Madre, el negocio tuvo un repunte y desde entonces todo va viento en popa.  

Tiene macetas para cada espacio y en diversas formas: cilíndricas, ovaladas, en cubos… Considera que las plantas transforman los ambientes de las casas y oficinas, las hacen ser más cálidas y provocan alegría en las personas. Por ahora, sus productos son a pedido; por temas de bioseguridad no vale la pena alquilar un ambiente para exponerlos. Y cuando tenga carta blanca para ejercer su profesión, no piensa abandonar este emprendimiento que la llena de satisfacciones.

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