El exmister y presentador de televisión se encamina por la alcaldía cochabambina, convencido de que le toca trabajar por el desarrollo de la ciudad que lo adoptó cuando llegó de Guayaramerín.
Debe ser el beniano más cochabambino que hay; vive en la “llajta” desde sus 11 años, cuando llegó con su familia oriunda de Guayaramerín. Su ingreso a la televisión vino después de participar en el concurso Mister Bolivia 1999 y de representar al país en el Mister Internacional en la India: la red ATB le dio la oportunidad de conducir un programa matinal y después se convirtió en presentador de noticias.
Roberto Perrogón Córdova está casado desde hace 12 años con Lourdes Guillén, con quien tiene tres hijos (Mateo, Valentina y Victoria), la luz de sus días, según sus propias palabras. Hace poco y después de dos décadas en la tele, decidió dejarla para incursionar en la política: es candidato a alcalde. «Llegó el momento de tomar un nuevo rumbo y de trabajar desde otro lado por nuestra sociedad», dice.
¿No le tenés miedo a la política? Lo pregunto considerando que la mayoría de los comunicadores no tuvieron una buena experiencia en ese campo…
Bueno, la verdad que sí; es algo totalmente nuevo para mí y uno siempre tiene temor a eso. Pero lo importante es salir de la zona de confort y explorar también nuevas cosas. La determinación de entrar a la política fue para generar progreso y una buena gestión municipal para los cochabambinos. Quiero devolverle a esta tierra tantas cosas que me ha dado. ¿Miedo? Hay, pero el miedo no me detiene.
¿Por qué te animaste a candidatear para alcalde?
Yo creo que Cochabamba ha sufrido a lo largo de los años una suerte de malos gobernantes, por la carencia de liderazgos nuevos. Vivimos con los políticos de hace más de 20 años que, al parecer, juegan una especie de pasanaco con los cargos: primero están de concejales, luego asambleístas, después diputados, vuelven a ser concejales y otros también quieren ser alcaldes. Y como digo, ¡son los mismos! En todo eso, Cochabamba ha estado hundida en el retraso por culpa de gobernantes que solo piensan en ellos y en sus partidos, y no así en la población. Pienso que nosotros, mi equipo de concejales y yo, que nunca hemos trabajado en política, podemos aportar una alcaldía técnica con la que vamos a crecer. Por eso me animé a postular.
¿Qué le queda de míster a Roberto Perrogón? ¿Te sigue preocupando la pinta?
Yo creo que todavía todo (risas). Sí, soy un poco metrosexual e intento estar en buena condición física para tener una vida más activa. Tengo 42 años y, por supuesto, los años no pasan en vano. Me cuido, pero no solamente por la pinta, también lo hago por un tema de salud.
¿Alguna vez viviste “la vida loca”?
(Risas) Sí, y creo que la sigo viviendo, pero con mayor responsabilidad y respeto. Pienso que siempre hay que vivir un poco la vida loca, porque si no todo se torna un tanto aburrido. Te puedo decir que he vivido intensamente, con mucha pasión.
¿Te arrepentís de algo que hubieses hecho o de algo que no hiciste?
La verdad que no, no me arrepiento. Creo que cada cosa que hice me ayudó a formar mi carácter; pienso que las experiencias vividas son algo que hay que valorar y de las cuales tienes que aprender. Y sobre algo que no haya hecho, pues por lo general siempre hice lo que planificaba, siempre me arriesgué y una prueba es esta: salgo de la tele para ingresar a la política.
¿Has vuelto a tu tierra de origen o no?
Sí, he vuelto muchísimas veces porque allí vive parte de mi familia, íbamos a ver a mis abuelos; pero debo confesar que hace unos ocho años que no voy. Yo nací en Guayaramerín, pero mi corazón es cochabambino.