La exconductora de “Decibeles” y “Enhorabuena” había encontrado en la radio su zona de confort. Está soltera y amándose cada vez más.
Fue la reina de la tele durante muchos años. Después pasó a la radio y, entre medio de comunicación y otro, también ofició de maestra de ceremonias. Su voz y gran dominio de la improvisación la destacan. ¡Sandra Parada no necesita de guiones! Es capísima para sostener de forma amena los espacios que por alguna razón se quedaron sin contenido.
Tras seis años de ausencia, la chica que comandaba a un grupo de bailarines en “Decibeles” y luego entretuvo a las féminas en “Enhorabuena”, regresa a la pantalla chica con “Mañana y media”, en Cadena A. A la par tiene su espacio radial en Fides: se llama “Justo y necesario”. Tal como lo es su presencia en los medios.
¿Cómo se dio el regreso?
Fue un poco raro. Un día me llamó el señor Álvaro Pacheco y me solicitó una reunión. No lo conocía, así que con un poco de desconfianza me reuní con él a tomar un café y para conversar. Después de hablar de varias cosas, me comentó su idea de hacer un programa en Cadena A. Debo admitir que me daba mucha flojera volver a los correteos de ropa, zapatos, peinado, maquillaje y bajar de peso para estar en la televisión. Pero luego me dije: “Si no es ahora, ¿cuándo?”. Entonces nos embarcamos en una coproducción.
¿Por qué “Mañana y media”?
El programa existía en La Paz, pero hacía falta la contraparte oriental. “Mañana y media” es un programa sándwich entre programa matinal de prensa y un noticiario del mediodía. Los temas son de los más variados: un poco de cocina, cine, arte, análisis de spots con mensajes, medicina, nutrición, arte, emprendedurismo, entrevistas nacionales e internacionales y temas livianos de coyuntura.
Has pasado por varios géneros televisivos, ¿en cuál estás o estuviste más a gusto?
En todos los formatos me he sentido cómoda y creo que eso se debe a que cada uno ha sido parte de una etapa de mi vida. A medida que iba madurando y los años pasando, logré ubicarme en contenidos adecuados a mi edad. “Decibeles” fue mi estrella juvenil, “La Batidora” y “Enhorabuena” mi soporte adulto, al igual que el actual de Cadena A.
¿Extrañabas la tele o estabas bien solo con la radio?
Debo ser sincera: los dos primeros años extrañaba la tele, pero no por el trabajo en sí, sino porque me encontraba herida a nivel profesional. Después, me rearmé y me acostumbré a hacer solo radio. Ingresé en una hermosa zona de confort, la disfruté mucho; fui y soy dueña de mis contenidos y de mis decisiones, no rindo cuentas a nadie. Eso sí, soy respetuosa de los medios que me han albergado.
¿Cómo ves la televisión nacional? En cuanto a programas de entrenamiento se refiere…
No generalizo, pero creo que algunos programas fomentan malos ejemplos: peleas, cizaña, infidelidad y competencia desleal. No hay la conciencia de la gran responsabilidad que tienen con su audiencia.
¿Alguna vez presentaste noticias?
Una sola vez presenté noticias, en 1990, cuando estuve en Cristal de Televisión; solo fueron 10 meses. No me disgusta, pero no me siento cómoda. Me gusta opinar, soy muy temperamental y no puedo quedarme callada.
¿En qué ha cambiado la Sandra Parada de “Decibeles” a la actual?
¡Uju! En un montón y, a la vez, en nada. Físicamente, 25 años no han pasado en vano; luzco diferente, me visto distinto, me maquillo más suave, etc. Sin embargo, como persona, sigo siendo la misma. Quizás ahora cuido las palabras que digo porque entiendo que la gente es más susceptible y, además, por temor a las redes sociales. No me gusta la polémica, los insultos ni los malos entendidos.
¿Qué nos perdimos de Sandra en todo este tiempo que estuvo sin mostrarse en la tele? Sabiendo que los que salen en la pantalla chica están siempre expuestos… ¡Hasta para el chisme!
No se perdieron de nada (risas). He tenido una vida tranquila, absolutamente familiar, de poco salir a fiestas y boliches. Estoy soltera desde hace tres años y soy feliz, amándome cada día más.
¿Qué te falta hacer, profesionalmente hablando?
En algún momento me gustaría poner una pequeña academia para comunicadores, para compartir mi experiencia en la tele: dicción, improvisación, movimiento frente a cámaras… ¡Todo totalmente práctico!
Si pudieras retroceder el tiempo, ¿qué cambiarías en tu vida?
Quizás hubiera escuchado más a mis padres: no hagás, no salgás tanto, no te conviene ese chico, llegá temprano, aprendé a ahorrar… ¡Uju! Me advirtieron muchas cosas y yo no hice caso.