El fotógrafo de farándula y diseñador gráfico ahora está dedicado a reparaciones y oficios domésticos ajenos. Junto a un equipo de personas instala focos, cambia duchas y realiza labores de pintura y jardinería, entre otras cosas
Gabriel Peralta fue Rey Momo en el Carnaval 2010 de Santa Cruz. Seguramente mereció el título por su chispa y alegría, características que imprime en los memes que comparte en sus redes sociales. Y como un chiste más de los tantos que cuenta cuando está entre sus colegas fotógrafos de farándula, algunos tomaron su aviso de Marido de Alquiler.
Sí, suena chistoso pero es en serio; se trata de su nueva empresa. «En los primeros días de cuarentena, después de estar en casa arreglando, acomodando y limpiando de todo, comencé a hacerles arreglos a una vecina y después a otra; ellas me recomendaron con otras personas. Fue entonces que decidí crear una publicación en Facebook ofreciendo mis servicios y comenzaron las llamadas: la gente buscaba quién le solucione sus problemas técnicos y domésticos. Ahí vi que había un mercado para trabajar», cuenta Peralta, también dedicado al diseño gráfico.
Obviamente, el hombre no iba a poder con tanto oficio casero, así que contrató a cinco personas, todas con conocimientos elementales de los servicios que ofrece a “amas de casa desesperadas” y, claro, a alguno que otro señor inútil para las reparaciones. De acuerdo a la necesidad requerida, él envía al funcionario indicado. «Soy el administrador de la empresa, pero también soy uno más de los maridos de alquiler”, dice. “Yo hago las cotizaciones vía WhatsApp y las compras, y cuando tengo alguna duda sobre los trabajos lo consulto en YouTube; ahí siempre hay buenos tutoriales para terminar de capacitarse en lo que sea».
Gabriel Peralta indica que la mayoría de las llamadas que reciben son por cosas como cambiar duchas, instalar focos y labores de pintura, plomería y jardinería. La gente los recibe con cordialidad y aunque generalmente llaman por un trabajo determinado, terminan pidiendo la reparación de otras cosas, aprovechando la presencia de los “maridos”.
No hay de qué preocuparse con Gabriel ni su equipo. Hasta el momento, nadie se ha quejado por un trabajo mal hecho y tampoco por los costos de los servicios. Y si se trata de bioseguridad para evitar contagios de COVID-19, ellos van bien protegidos: barbijos, gafas, gorras o cascos y desinfectantes. ¿Seguirá la empresa después de la cuarentena? «En río revuelto, ganancia de pescadores», expresa el emprendedor. «Mientras haya trabajo y sigan las recomendaciones, seguiremos».