El periodista montereño considera que en este momento su “asunto central” es el cuidado de la salud. Pese a todo, el 2020 fue un año bueno para él: creció su presencia en los medios y en el futuro pretende renovar los formatos de contenidos que genera y reforzar la propuesta digital
Entrevistar a un entrevistador amedrenta. Y más cuando se trata de un exjefe, director de la redacción de un diario por más de 23 años y, actualmente, uno de los más incisivos del panorama radial y de streaming en el país. En 2019, Tuffí Aré dejó El Deber pero su traje bien puesto de periodista pronto lo llevó a trabajar en la edición boliviana de la revista Forbes y en un proyecto propio, “Asuntos centrales”. Asimismo, el hombre se ha acomodado con destreza al rol de presentador de seminarios y, previo a los recientes comicios electorales, al de moderador de debates políticos.
Graduado de periodista en 1992, ese mismo año comenzó a ejercer la profesión. Fue en el importante diario cruceño donde pasó la mayor parte de su vida laboral y tuvo la oportunidad de cuestionar a personajes diversos. Su sensatez y ética son parte de su currículum. De hecho, por esas características mantiene guardada una entrevista realizada hace tiempo a un político, ya que tuvo que sopesar entre la libertad de prensa y su responsabilidad como comunicador ante los posibles efectos de su publicación. Pese a este perfil, Tuffí se considera un futbolista y músico frustrado: de niño relataba partidos de fútbol y organizaba en su barrio funciones de circo. A los 15 años hasta pensó en ser sacerdote.
¿Por qué no fue cura?
No fui cura porque al final descubrí que no era mi vocación y porque tal vez a esa edad pensar en ser sacerdote provino de la influencia pasajera de algunos buenos maestros religiosos que tuve en el colegio Muyurina. Creo que es una aptitud especial y muy respetable, pero no era la mía.
¿Y qué lo llevó a ser periodista?
A mis cuatro años de edad relataba partidos de fútbol jugando a ser locutor. A los 13 ya dirigía un periódico escolar. Cuando tenía 14 hice radio y de 15, un programa de televisión. Tuve maestros, como Carlos Rua, un gran profesor de Literatura, que me impulsaron a ello. O sea, creo que desde corta edad la vocación estuvo clara y había que seguirla.
Tuffí ¿qué signfica su nombre?
Tengo dos nombres de origen árabe: Tuffí o Taufik, que significa “buena fortuna” o “prosperidad”, y Said, que casi no uso pero que también está en mi cédula de identidad y quiere decir “feliz”. Mi abuelo, un migrante de origen libanés, se llamaba así. Ambos nombres me los puso mi madre. Me llamo igual que mi padre y mi hijo menor, también.
¿Algún apodo?
Tengo varios. Mis padres me dicen “Negro” para diferenciarme de papá; mi hermana y algunos amigos de infancia, “Pitito”; mis compañeros de universidad de La Paz, “Cambita”, y algunos de mis amigos actuales, “Turquito”.
En algunos de sus posts he notado su orgullo por sus raíces libanesas ¿conoce Líbano?
Sí, quiero y admiro mucho al Líbano. Mis tías y mi padre me enseñaron desde niño a degustar la gastronomía de esta cultura. Hace unos cinco años me integré a la Unión Cultural Boliviano Libanesa que nos ha dado la oportunidad de participar en algunas actividades internacionales y nacionales de la comunidad. En 2019, junto a una comitiva boliviana, tuve la oportunidad de estar diez días en el encuentro mundial de la diáspora en Beirut.
¿Qué destaca de esa cultura?
El temple del libanés ante la adversidad; es un emprendedor nato.
¿Cuáles son los “asuntos centrales” en la vida de Tuffí Aré?
En este momento de pandemia mi asunto central es el cuidado de la salud. Ya es ganancia estar sano o con vida, cuando cada día muere alguna persona conocida o hasta cercana. Sin salud no se puede trabajar ni amar a la familia o a los amigos. El segundo asunto es la familia y el trabajo. Por supuesto que en todo esto Dios debe ser un factor de atención central.
¿Disfruta más el periodismo escrito o el que hace en radio?
Mi mayor experiencia de trabajo está en el periodismo escrito, pero cada vez disfruto más el periodismo digital. Disfruto sobre todo el trabajo en las redes sociales, en la web, porque me permite tener un feedback inmediato y activo de los usuarios de nuestros contenidos. La radio también es un medio maravilloso que comparte el atributo del periodismo digital de la instantaneidad y cercanía o intimidad con los oyentes.
¿Alguna vez pensó en incursionar en la televisión?
Mi primera experiencia de trabajo periodístico fue hace muchos años en televisión, pero de manera amateur. Luego tuve intervenciones en algunos ciclos de paneles político-electorales. Durante la pandemia, la red PAT nos dio la oportunidad de llevar un producto de radio y de streaming a la televisión. Hemos tenido estos meses que adaptar en parte el programa de radio para las pantallas y lo seguiremos haciendo en 2021.
¿Y cómo va Forbes?
Estábamos comenzando a posicionar en el país esa marca tan importante y en ese proceso sobrevino la pandemia que ha puesto en dificultad a todas las empresas, no solo a las del rubro periodístico. Pese a las dificultades del inicio de este reto, estoy convencido que Bolivia, sus empresas y sus negocios acompañarán el desarrollo de Forbes y que Forbes acompañará muy pronto el despegue de una economía emergente y con mucho futuro. En cuestión de un tiempo se verán buenos resultados.
Este año que pasa usted también incursionó en el proyecto “En portada”…
“En Portada” ha cumplido un ciclo de cuatro meses, que nos ha llevado conjuntamente con el periódico Página Siete y Mediapro Bolivia a un rico aprendizaje de una primera experiencia en streaming de un programa periodístico en vivo. Hemos hecho una pausa de fin de año para evaluar el proyecto y analizar su posible continuidad con algunos cambios, pensando ante todo en los usuarios de las redes.
¿Cómo ha sido trabajar de forma independiente?
Es una opción apasionante, desafiante y yo diría que hasta vibrante. Es igual o más estresante que desempeñarse en un medio con muchos recursos, porque se trabaja con mayores limitaciones. Sin embargo, no hay nada más reconfortante que trabajar las horas que uno desea, con las ideas que uno defiende, sin limitaciones que frustran, y no hay nada más satisfactorio que incluso ganarle con algunas primicias a competidores teóricamente mejor conformados.
¿Cómo recibe la crítica a su trabajo?
Si el aplauso o el elogio es nuestro salario emocional, la crítica constructiva es nuestro combustible vital para mejorar y corregir lo que no hacemos bien. Es lo que nos permite intentar cada día la búsqueda de la excelencia.
Por su trabajo ¿usted tiene más amigos o enemigos?
El buen periodismo generalmente prioriza la defensa de los intereses colectivos. Seguramente a veces nuestra palabra incomoda los intereses de algunos que no coinciden con los mayoritarios. Es posible que como estos actores no entienden nuestra misión, tomen alguna crítica de forma personal y nos consideren sus enemigos. Sin embargo, no trabajamos para buscar enemigos o para tener amigos, lo hacemos para servir al ciudadano de la calle.
¿Alguna vez recibió amenazas por su trabajo?
Con el acceso irrestricto y democrático a las redes sociales casi a diario recibimos ataques y agresiones desde cuentas anónimas, a las que no le damos mayor importancia porque detrás del anonimato se esconden los cobardes. Más que amenazas, algunas veces he recibido acoso de algunos políticos o algún poderoso con fines de amedrentamiento, pero sin mayor importancia.
¿Cómo percibe el periodismo en medio de la pandemia?
Hay una paradoja. El periodismo ha vivido con la pandemia una de sus mayores crisis económica; cayeron los ingresos y subieron los costos, lo que ha llevado a despidos masivos de periodistas y a agravar la precarización de las redacciones de los medios. Hay mucho trabajo de escritorio y poco de cobertura callejera. En contrapartida, este es el momento de mayor auge, de mayor audiencia de los medios, porque la gente demanda información de calidad en tiempos de crisis y de incertidumbre. Por otro lado, se ha acelerado la digitalización y se ha acentuado la demanda de reinvención de los periodistas para atender las necesidades de una audiencia cambiante.
¿Y cómo ve a los periodistas en medio de la política?
El periodista también es ciudadano y como todo ciudadano tiene derecho a buscar ser elegido a un cargo público. Respeto la decisión de los periodistas que deciden candidatear y apoyo a los que lo hacen porque es necesario cualificar la política. Sin embargo, discrepo o no comparto la decisión de ser candidato y seguir ejerciendo al mismo tiempo el periodismo, son roles incompatibles. Un periodista que se candidatea jamás podrá ser plural, que es la esencia de nuestro trabajo. Por lo tanto, es ético que haga una pausa en el oficio cuando es candidato y que no saque ventajas a sus rivales desde sus propios micrófonos. Está también probado que un periodista que es candidato o un medio que respalda a un candidato rompen el contrato de confianza con sus lectores, oyentes o televidentes.
¿Incursionaría usted en la política? ¿Se animaría a postular alguna vez por un cargo público?
Me gustaría aportar algún día a la función pública, pero con una propuesta renovadora y sana. Lo haría con un equipo que ponga en el eje de su trabajo el valor de la honestidad y el servicio.
¿Qué le ha provocado más miedo: la pandemia o la situación económica?
La crisis sanitaria y la crisis económica sin precedentes que vivimos ahora son inseparables, van de la mano. El temor a enfermar o a morir por el virus y el temor a no tener ingresos para vivir está ahora en la mayoría de los hogares bolivianos.
¿Qué planes para el 2021 o es de los que creen que no hay que hacer planes?
No se puede encarar la vida sin planes, aunque la pandemia de 2020 ha demostrado que no se puede planificar más que a corto plazo. Son tiempos de crisis constantes, de cambios inesperados. Hay que tener la disposición de ser flexibles y de adaptarse rápidamente a los cambios del entorno y no frustrarse porque los planes no salen, sino ajustarlos constantemente. Mis planes para 2021 apuntan a renovar los formatos de contenidos que genero, reforzar la propuesta digital y distribuir contenidos informativos en todas las plataformas disponibles. La cobertura de la elección de marzo será otro desafío.
¿Le dejó algo bueno el 2020?
En lo profesional fue un buen año; crecimos con nuestra presencia en medios respecto a 2019 y lanzamos nuevos productos. En lo económico no fue tan malo. El desafío pendiente para lo que viene es encontrar el equilibrio entre el cuidado de la salud, y la atención de la familia y de los amigos.
¿Qué hace Tuffí cuando no está informando?
Planifico el trabajo del día siguiente o de la semana, descanso un poco en casa, salgo a correr, escucho algo de música, leo algo que no sean noticias, veo alguna propuesta audiovisual en Netflix y algunos canales de cable… O me divierto un poco con algunos amigos conversando o cantando.
Foto: Julio González