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NICOLE WILLE, LA CHEF QUE COCINA CON EL ALMA Y ENCANTA PALADARES

La chef cruceña ha convertido la cocina en su forma más auténtica de expresión. Cada uno de sus platos es una experiencia memorable.

Nicole Wille se formó como chef en Alemania, Argentina y España.

Conocer a Nicole Wille Arzabe es adentrarse en una historia marcada por la pasión, la familia y el sabor. Desde niña, sintió una conexión profunda con la cocina, y hoy sus platos no sólo alimentan, sino que emocionan. Cada receta que crea se convierte en una experiencia sensorial, donde el arte y el cariño se fusionan en cada bocado.

Recientemente reconocida como Top Chef por la Academia Boliviana de Gastronomía y la Academia del Vino —distinción respaldada con un prestigioso Vitor—, Nicole se prepara para brillar una vez más en la próxima edición de Casacor Bolivia.

En esta entrevista, abrimos las puertas a su universo personal y profesional: una mujer que ha hecho de la cocina su lenguaje más auténtico para conectar con los demás.

¿Por qué decidiste ser chef?

Desde chica me llamó la atención la cocina. Me encantaba ver cómo la comida podía hacer feliz a la gente. Siempre sentí que lo llevaba en el ADN. ¡Nunca me imaginé haciendo otra cosa!

Su Vitor constata el galardón obtenido: Top Chef.

¿Qué fue lo primero que cocinaste en tu vida?

Con mi abuela paterna solíamos hacer spätzle, una pasta casera alemana. Las primeras veces me salían un poco gruesos, pero fui agarrando práctica. A mi hermana (Lauren) le encantaban… ¡Esa vez se los comió todos! (risas).

¿Qué comida casera te gusta más?

Aunque soy chef y tengo un gusto particular, me encanta la milanesa. Hace poco aprendí una receta que se volvió de mis favoritas. También me salen muy bien los buñuelos con receta de mi abuela, ¡tienen ese saborcito a hogar!

¿Cuál es tu estilo de cocina?

Diría que es sencilla, clásica y minimalista… pero con mucho amor y sabor. Me gusta respetar el producto, sin tantas vueltas.

¿Hay algo que no te guste cocinar?

En realidad, me gustan todas las cocinas porque cada una tiene su esencia. Pero si tengo que elegir algo que evito, es la parte dulce. Le tengo mucho respeto.

¿Desde cuándo ofrecés servicios de catering?

Comencé hace 15 años, justo cuando regresé de España. Arranqué en una Navidad… ¡Y gracias a Dios no he parado desde entonces!

¿Qué es lo que más pide la gente en Santa Cruz?

La gente cruceña es amante de los sabores. En mi catering lo que más sale son las pastas, el buffet mediterráneo y nuestras paellas. En Navidad, mis lechones crocantes son un hit. Y para eventos especiales, el menú de pasos cada vez tiene más éxito.

¿Han contratado tus servicios en otras partes del país?

Sí, vendo pastas y salsas congeladas; lo que me ha permitido llegar a Beni, Cochabamba y La Paz.

¿Por qué no tenés un restaurante?

En este momento estoy enfocada en criar a mis hijos —tengo cuatro— y quiero estar presente para ellos. Un restaurante es como otro hijo, requiere tiempo y atención. Pero en época de Casacor tengo un restaurante temporal, ¡y esa dinámica me encanta!

¿Con qué nos vas a sorprender este año en Casacor?

Este año venimos con una propuesta más profunda en lo clásico mediterráneo, con toques inspirados en Santa Cruz por su Bicentenario. El menú, que está haciendo mi mamá (“Charito” Arzabe”), está inspirado en un poema de Raúl Otero Reiche.

Sus platillos son un encanto visual y fascinación para el paladar.

¿A tus hijos les gusta tu comida o son mañosos?

Mis hijos y mi esposo (Alcides Parejas) son mis mayores fans… ¡y también mis críticos más exigentes! (risas).

¿Hacés degustaciones de los platos que creás?

Sí, siempre. Me gusta reunir en la mesa a personas importantes para mí, tanto expertas en gastronomía como no tanto, eso para tener una visión completa. Siempre están mi esposo, mi mamá, mi hermana, mi cuñado, mis tíos “Quito” Velasco y Graciela, mi tía “Patty” Chávez y su esposo Emilio. Y de mis amigas, hay tres que siempre prueban y opinan.

¿Alguna vez alguien te dijo que no le gustó tu comida?

Sí… Una Navidad dejé los pavos macerando en salmuera de arándanos, lo que tiñó la carne de rosado. Una señora pensó que el suyo estaba crudo y me mandó una foto del pavo en la basura. ¡Me rompió el corazón! Pero estaban cocidos; siempre mando los pavos con termómetro, cuido mucho esos detalles.

El año pasado por estas fechas estabas embarazada de tu cuarto hijo y trabajando. ¿Cómo hacés para ser madre, esposa, profesional y empresaria al mismo tiempo?

Con mucho apoyo. Mi familia es mi sostén: mi esposo, mi mamá, mi hermana. En la cocina tengo un equipo increíble, comprometido con la empresa. Mi esposo cocina conmigo, entrega pedidos y está siempre a mi lado, sobre todo en feriados y fines de semana cuando hay eventos. Acordate que él viene de una familia que sabe de comida buena: su abuela era “doña Piedades”.

Su equipo de trabajo sabe de su esfuerzo y tenacidad.

Fotos: Facebook de Nicole Wille
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