El lugar ofrece una variedad de bebidas y platillos dulces y salados. Replica el Caffé Art de Samaipata, donde lo artístico está presente en la atmósfera y en lo visual.
De alguna manera, Sandra Serrate ha hecho realidad el sueño de su hija, Michelle Guzmán… y viceversa. Hace tres años se convirtió en abuela y, ahora, el amor por su nieta la obligó a tomar la decisión de dejar su casa y negocio en Samaipata para residir en Santa Cruz de la Sierra, lo más cerca posible de su consentida. Su esposo, Giovanni Guidetti, no puso reparos y aceptó el cambio. Actualmente procuran la venta de sus bienes.
«Nos vendremos con mis tres yorkies y con Luigy, mi gato que jura que es perro», cuenta Sandra. «Extrañaré el clima, vivir en la montaña, la ausencia de tráfico… Pero todo vale la pena; deseo que mi nieta diga “quiero ir donde mi ‘abi’ y mi nonno, y pueda llegar a mi casa caminando con su nana”».
La situación animó a Michelle a hacer algo que siempre quiso: instalar un café. Su madre es dueña de Caffé Art en Samaipata, un lugar que los visitantes aman por incluir trabajos artesanales, además de un taller en el que se dan clases de ello. Pensó en hacerlo muy similar y, de hecho, se asoció con Sandra para crear Santuario.
Está ubicado en la calle Mururé 2040 de la avenida Beni, entre 2do y 3er anillos. El lugar, con una atmósfera de paz que energiza, tiene salones, galerías y un espacio abierto junto a un aljibe. Así también cuenta con un ambiente que bien puede albergar reuniones y eventos. Para los niños hay un parque y paredes con alas para quien guste imaginarse como un ser especial, amante de la libertad.
Sandra tiene pensado dar clases de pintura en Santuario, tal como lo hizo en Samaipata, donde vivió por 18 años. Cabe recordar que, con su esposo, llegó a esa localidad —ubicada a 123 km de Santa Cruz— para levantar el hotel El Pueblito, que fue de su propiedad y donde plasmó su arte en paredes, mobiliario y utensilios.
Por cierto, en el nuevo café esto se ha replicado a toda velocidad: en cuatro meses, Sandra pintó flores, hojas y pájaros en mesas, murales y objetos utilitarios. En la mayor parte de los ambientes cuelgan a modo de lámparas lo que alguna vez fueron puertas y ventanas, y en ellas también están sus creaciones. A la venta tiene cuadros en los que reutilizó materiales en desuso, como papel periódico, por ejemplo.
¿Y qué hay para comer? Santuario ofrece su pastelería, masas dulces y saladas, desayunos, ensaladas, piqueos, paninis, milanesas y tablitas para acompañar con vinos. Para los niños hay un menú que incluye salchipapas y hamburguesas. Y, por supuesto, refrescos y cafés no faltan para satisfacer todos los deseos. Todo tiene un toque especial.
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DATOS
Horarios de atención:
De lunes a viernes: 7:30 a 21:30 h
Sábado y domingo: 8:30 a 20:30 h