By Unsatisfied fabrica accesorios de cuero que buscan identificarse con sus clientes. Tiene modelos exclusivos con calidad garantizada
Giselle y Skya. ¿Te suenan esos nombres? Si sos mujer, tal vez sí. ¡Son carteras! La primera es un clásico y la segunda una exclusividad de Unsatisfied, la marca de carteras, riñoneras, billeteras y cinturones que Camila Pareja creó en 2018. Ahora, mientras realiza una maestría en Estados Unidos, su mamá (Guisela Hecimovich) se encarga de la gerencia de la empresa.
Vía correo electrónico, Camila cuenta el significado del nombre de su emprendimiento: «Tiene un mensaje fuerte e inspirador. Unsatisfied, traducido al español como “insatisfecho” refleja la imagen luchadora de todos los millennials, que son nuestra constante inspiración. Enfocarnos en reflejar el lado positivo del nombre es nuestro objetivo, ya que mediante nuestra marca queremos demostrar una forma de lucha constante al “ser mejor” y a la celebración del “ser uno mismo”. Una persona insatisfecha siempre está buscando más y mejor, nunca está totalmente completo y esa es la fuerza que tenemos todos los millennials: siempre estamos buscando ser mejores, buscamos inspiración en todo, buscamos nuevos caminos y metas, por lo cual no siempre el estar insatisfecho es algo negativo».
Su trabajo está expuesto en la tienda Hijos de Ramón, en el centro comercial Beauty Plaza, en Santa Cruz, pero las ventas también pueden realizarse mediante las redes sociales. En 2021 planea exportar mediante una plataforma e-commerce. Por el momento solo cuenta con 21 modelos diferentes de los productos que elaboran, de los cuales cinco son exclusivos y solo salen a pedido. Los accesorios con mayor demanda son las riñoneras Savannah y las carteras Leah y Magdalene. Son los primeros diseños que realizaron y dos años después siguen siendo las favoritas, así que las siguen fabricando con diferentes tipos de cuero y en diversos colores.
Camila Pareja atribuye su pasión y conocimientos en la elaboración de accesorios en cuero a su exjefe Mike Balitsaris y a su exmanager Jordann Fowler, con quienes trabajó en Wayne, Pennsylvania (Estados Unidos). Ellos influyeron en la apertura de su empresa y, obviamente, en mantenerla con los atributos que se necesitan para que sea exitosa. «Queremos que nuestros clientes se identifiquen plenamente con nuestras piezas, por lo que la calidad es una de nuestras mayores prioridades. En cuanto a la originalidad, cada diseño, desde la ilustración hasta el producto final, toma semanas de arduo trabajo con la finalidad de que quede perfecto», explica.
Cuando estaba en Santa Cruz, ella se encargaba de ver el proceso de principio a fin. Ahora sigue a cargo de los diseños y de crear los paquetes técnicos para la producción. Le resulta un poco complicado transmitir la idea de algunos modelos más complicados, pero sus artesanos han logrado entenderla. A veces Camila ha tenido que grabarse con su celular elaborando un producto con papel a modo de muestra. Ya después todo dependerá de su mamá: el control de calidad y la entrega a la tienda o al cliente.
La creativa está orgullosa de sus artesanos; sabe que con ellos puede alcanzar grandes objetivos. En cuanto a los materiales que utiliza, asegura que el 90 % de sus artículos son hechos en cuero nacional. El porcentaje restante viene de fuera, pero su importación exige la calidad con la que trabaja y rige su mano de obra.
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