El complejo cinematográfico de Santa Cruz ofrece Salas Privadas, un Gamers Club y una buena oferta gastronómica en las Salas Premier. Su jefa de Marketing confía en los cinéfilos para seguir adelante.
Si antes de llegar a Cinemark Tatiana Monje era una apasionada por el cine, ahora -después de siete años trabajando en la multinacional- lo es aún más. Como jefa de Marketing trata de no puede perderse ninguna de las películas que se exhiben en sus salas y espera con ansias los más famosos estrenos. Asimismo, sintió la ausencia de historias en pantalla grande provocada por la pandemia.
Cinemark abrió en Santa Cruz de la Sierra con ella mercadeando la marca y sus hijas crecieron a la par del coloso instalado en el Ventura Mall. Tatiana comenzó a empaparse de todo lo concerniente al séptimo arte y, claro está, se volvió cinéfila. El año pasado, cuando las restricciones por la emergencia sanitaria obligaron a los cines de todo el mundo a cerrar sus puertas, la mercadóloga no paró de trabajar.
Ejecutivos de la empresa en Bolivia y en la central estadounidense idearon la forma de abrir sus puertas de manera segura, una vez las autoridades lo permitiesen. Sucedido esto, con aforo reducido hasta el momento, se dio otra forma de disfrutar del cine: con desinfección de salas, distancia entre del público y barbijos para todos. «Cuesta un poco el tema de la bioseguridad; cuesta hacer que la gente en grupo se separe un poco entre sí. Felizmente tenemos personal que está para llamar a la reflexión», indica Tatiana. «La experiencia es diferente a cuando no había control de aforo, pero no deja de ser incomparable el venir al cine a ver una película que quedarte en casa viendo una en Netflix. Es una emoción distinta y única».
Una de las propuestas de Cinemark para animar al público a volver al complejo fueron las Salas Privadas. El cliente puede elegir una película y compartir la función con 29 personas de su entorno cercano y confiable. A propósito, Monje comenta que con el fin de reducir las posibilidades de contagio se trata que la mayoría de las entradas se compren en línea, al igual que los alimentos y bebidas que posteriormente se retiran de los quioscos de las salas. En este punto, la empresa ha mejorado su oferta gastronómica en sus Salas Premier; en ellas hay sándwiches, paninis, pizzas, nachos, salchipapas, postres y dulces, y en el campo de las bebidas se puede encontrar desde gaseosas hasta martinis, el trago favorito de James Bond.
Tatiana Monje destaca algo singular y nunca antes visto en una sala de cine: el Cinemark Gamers Club. Se trata de un servicio ofrecido a grupos de jugadores que pueden alquilar las salas para disfrutar de sus juegos favoritos en una pantalla grande y con sonido envolvente. «La respuesta a nuestro club ha sido muy buena y es completamente atribuible a la experiencia que tienen los fanáticos de los videojuegos, chicos y grandes, es completa e inmersiva a la hora de jugar las partidas de acción, aventura y estrategia», cuenta.
Y justamente son estrategias de marketing las que usa Cinemark en estos tiempos difíciles para todos y para la industria del séptimo arte en particular. Ya venía haciéndolo ante la incursión de las plataformas de cine en televisión, además de la comercialización de películas piratas en DVDs. Si bien Hollywood no ha dejado de producir en esta época de pandemia, lo ha hecho en menor medida y parando cuando actores y miembros del equipo técnico han enfermado de Covid-19. «Por eso miramos con optimismo este momento de reactivación», asegura Tatiana. «La pasión por lo que hacemos nos alienta a proponer y a confiar en que el público responderá de forma positiva. Mujer Maravilla 1984 nos dio la pauta para creer eso». El film protagonizado por Gal Gadot fue una bomba de taquilla tras la cuarentena y pese a su estreno simultáneo en una plataforma digital.