La obra reflexiona sobre el mestizaje, naturaleza y cultura de la región cruceña. Habrá dos presentaciones, el sábado 16 y el domingo 17 de septiembre, a las 20:30 h, en el teatro del Santa Cruz Cooperative School.
Érase una vez un mundo, un continente, un país, un pueblo cargado de deseos sencillos como son los deseos de los pueblos… Así comienza la “Cantata Elay”, la obra que la Orquesta Filarmónica de Santa Cruz de la Sierra se apresta a ejecutar este sábado 16 y domingo 17, a las 20:30 h, en el teatro del Santa Cruz Cooperative School (colegio Americano).
Se trata de una pieza escrita por el periodista y poeta Óscar Zambrano, que Julio Barragán musicalizó para contar la historia cruceña de manera distinta a lo acostumbrado. La presentaron en 1994, interpretada por el Coro Santa Cecilia con el acompañamiento de melodías grabadas con un teclado.
En 1999, la Filarmónica la llevó nuevamente a los escenarios uniendo música, teatro, danza y tecnología. Este año, en el mes de Santa Cruz, quiere repetir el éxito y para ello se han preparado 150 artistas: 50 instrumentistas en la orquesta, 60 coreutas dirigidos por Karina Troiano, bailarines con coreografía de Gonzalo Canedo y los trabajos en vestuario, iluminación, efectos especiales y proyecciones de sombras chinas.
El espectáculo también contará con invitados especiales: el relator Julio Kempff, el actor Jorge Arturo Lora, la bailarina Vanesa Méndez, los solistas Andrea Crespo y Samuel Montero, el músico “Lalo” Chávez y la artista plástica Roxana Hartmann.
Pero ¿qué es lo que cuenta exactamente la obra? Isaac Terceros, director artístico de la Filarmónica, dice que la “Cantata Elay” narra la historia de Santa Cruz de la Sierra y de todo el departamento desde antes de la llegada de los españoles a esta parte de América, pasando por la Conquista, la Colonia, la época independentista, las revoluciones y el momento en que llegó la modernidad a la capital oriental, cuando se instalaron las losetas en la capital oriental.
«La audiencia podrá conocer a grandes personajes de la historia cruceña, como el cacique Muiba, Cañoto y Andrés Ibáñez», enfatizó Terceros. La artista plástica Roxana Hartmann pondera la presencia en la obra de otros protagonistas también importantes: la flora y fauna de la región. «Se llama al cuidado y a su protección. Si bien la lucha por la naturaleza sigue estando vigente, notaremos más reflexiones para los cruceños».
Y es precisamente un conjunto de reflexiones lo que promueve la cantata al referirse también al deterioro de la naturaleza y a la conformación de una nueva sociedad. Así también, en 11 movimientos musicales alternados por relatos, valoriza el lenguaje artístico del oriente boliviano y homenajea sus melodías y ritmos nativos: el carnaval, la chobena, el taquirari, la chacarera y la polca.
Y en noche de luna llena, el sueño se hace canción; al son de una serenata que enamora el corazón…