A sus 37 años, la modelo paceña está dedicada a su familia. Dice que, por estar viajando por el mundo, el hombre con quien tenía que formar una familia no llegaba a su vida. Está alejada del modelaje y de la actuación, pero no descarta tomar trabajos que le parezcan interesantes.
A Susy Diab los bolivianos la conocimos como magnífica de Pablo Manzoni cuando apenas tenía 14 años. Después supimos que se había ido a Argentina a seguir en el oficio, en las agencias de Pancho Dotto y Roberto Giordano, mientras estudiaba Periodismo. Pero estar tras la noticia no era lo suyo, por lo que se fue a Nueva York a tomar cursos de actuación y fue en esa ciudad donde obtuvo grandes oportunidades de trabajo: hizo varias campañas publicitarias y editoriales de moda para revistas.
Su mundo giró en esa línea, con pasarela incluida y múltiples viajes. Al país volvió de forma intermitente para participar en el Bolivia Moda y en Las Magníficas. En 2018, fue villana de la telenovela “Despéiname la vida” y, un año después, jurado de la competencia de canto televisiva “Yo me llamo”. Después de ello, cuando regresó a Los Ángeles, la perdimos de nuestro radar.
Hace poco supimos que su vida había dado un cambio radical y sorpresivo para muchos. A sus 37 años ya era mamá y, aparte de eso, tenía pareja y un proyecto en el que ocupa la mitad de su tiempo. «Estoy disfrutando muchísimo a mi familia y, al mismo tiempo, aprendiendo y adaptándome», asegura. Sobre su nuevo trabajo dijo: «Descubrí el fitness y me descubrí a mí misma».
¿Qué tal la vida de mamá?
La vida de mamá es espectacular. Felizmente, me tocó una niña muy buena; ya tiene horarios, es muy paciente y me deja hacer mis cosas. No demanda tanta atención; ella juega solita y como cuento con mucho apoyo de su papá, todo es más fácil. Ahora ella tiene 19 meses y puedo decir que me está haciendo vivir la mejor etapa de mi vida.
¿Sos ama de casa?
Sí, se podría decir que soy ama de casa part time, porque la mitad del tiempo me ocupo el 100 % de mi hija. Yo estaba acostumbrada a vivir sola, cuando hacía modelaje viajaba de acá para allá, siempre me cocinaba algo superpráctico y rápido… Ahora, con familia, han cambiado las cosas; he tenido que aprender a cocinar más y a preparar alimentos sanos para todos: platos con pollo a la plancha, salmón con salsa de yogur y quesadillas con tortillas keto. Como mi esposo también es obsesivo con lo saludable y le encanta hacer asados a la parrilla, nuestra alimentación es contundente en proteína. Ninguno de los dos consume muchos carbohidratos, por lo que cocinar nos resulta muy fácil.
¿Te casaste o aún no?
No, estamos en eso. Estamos comprometidos hace ya un año y medio. Queremos hacer la boda, pero por Kaia y el trabajo de él, no hemos tenido un tiempo para organizarlo bien. Creo que el próximo año lo haremos, es algo que está pendiente.
¿Dejaste el modelaje?
No, no es que lo haya dejado oficialmente, sino que la vida me empezó a llevar por otro camino: me empecé a dedicar al fitness. Como mis agencias me mandaban a castings y terminaba diciéndoles que no podía hacerlos, poco a poco me fui alejando del ambiente. Sin embargo, ahora, cuando veo una buena audición, un comercial o algo interesante, sí voy. Pero ya el modelaje no es mi prioridad.
¿Ganaste bien en los años que estuviste trabajando?
Sí, la verdad es que en mis años de modelaje gané bastante bien, sobre todo cuando viajaba. Tuve superbuenas oportunidades. En Nueva York pude ahorrar todo lo que hice trabajando en campañas internacionales muy grandes, con comerciales que cada vez que eran emitidos me generaban un cheque. Pero ahora no soy la mejor ahorrando; se me mete en la cabeza comprarme una cartera y la compro; antes no era así (risas).
Has tenido a tu bebé cuando ya otras mujeres van por su segundo o tercer hijo, ¿siempre quisiste que fuese así o era porque no llegaba el hombre indicado?
Nunca me preocupó ver que mis amigas ya tenían tres hijos y yo ni uno; eso no me quitaba el sueño. Sí tenía pensado tener hijos, pero me decía que, si llegaba a cierta edad y nada, iba a tener que congelar mis óvulos. Estaba esperando al hombre que me enamore, con el que pueda formar una familia y, bueno, yo estaba bastante ocupada viajando por el mundo y por eso no llegaba. Ahora estoy convencida de que el hombre indicado aparece en su debido tiempo y el mío llegó en el momento indicado. Los dos estamos felices de ver cómo nuestros caminos se han unido.
¿Por qué no terminaste la carrera de Periodismo?
Porque me di cuenta de que no era algo que quería ejercer. En la carrera estaba frente a las cámaras y en programas de televisión, cosa que a mí me interesaba muchísimo; pero más nos dedicábamos a escribir noticias.
Y qué tal la actuación, ¿pensás retomarla?
Me encanta. Es una carrera que amé y sigo amando. Fue una experiencia increíble el descubrirme a mí misma y entenderme. Me apasiona porque es un trabajo muy interno; es como representar distintas vidas. Al mismo tiempo, encarnar distintos personajes y entenderlos es algo muy duro. Pero sí volvería a trabajar en ello; es como te dije antes: ahorita estoy en un momento que amo y donde amo lo que hago, pero si se me presenta algo muy bueno y se me da todo como para que lo haga, obviamente estaría 100 % abierta a tomarlo.
¿Cuál es ese proyecto fitness al que estás dedicada?
Es un programa de ejercicios con una comunidad que está creciendo cada vez más. En cada temporada presento distintos entrenamientos, todo con la finalidad de que las personas mantengan una vida saludable. Para esto, basta con cambiar algunos hábitos; eso para mí es un gran logro.
Entonces, ¿estás feliz de la vida?
Soy feliz. He formado una familia con una persona con la que me llevo muy bien. Vivo en una ciudad de la que amo su estilo de vida; tengo una hija maravillosa, viajamos mucho y hago lo que me apasiona. Lo único que me falta es tener cerca a mi mamá; quisiera tenerla conmigo todos los días. El vínculo familiar en Bolivia es tan poderoso que te hace tener a tu tía y a tu prima en casa, además de que tienes almuerzos familiares todo el tiempo. Eso realmente me falta y por lo que a veces me hace sentir un poco vacía. Quisiera que mi hija se críe rodeada por su abuela y sus primos, pero sé que en la vida no se puede tener todo.