La arquitecta sostiene que la producción artesanal en Santa Cruz ha crecido, y mucho más en estos tiempos de “reinvención” provocados por la pandemia
Cuando Ada Sotomayor y Laura Zanini realizaban una investigación sobre la artesanía cruceña, en su recorrido por el departamento de Santa Cruz se encontraron con maravillosos trabajos artesanales muy poco visibilizados y con técnicas ancestrales casi olvidadas. Entonces decidieron reunirlas y proponer la creación de asociaciones. Así, en 1985, nació Artecampo.
Luego de 35 años, la organización se mantiene firme en su labor y propósito de preservar y hacer sostenible el oficio de las artesanas. Hasta el año pasado se había podido mantener un equilibrio económico satisfactorio, pero luego de los 21 días de paro cívico y con la emergencia sanitaria las artesanas están en un momento difícil y el reto es que Artecampo vuelva a sostenerse mediante la venta de sus productos. Ese desafío está en manos de Paula Saldaña, directora ejecutiva del Centro de Investigación, Diseño Artesanal y Comercialización Coorporativa.
Entre las primeras acciones asumidas por Saldaña están la habilitación de las ventas en línea, los envíos a toda Bolivia y la promoción en redes del trabajo de las 14 asociaciones que conforman Artecampo. «Un reto a futuro es poder llegar a mercados internacionales y seguir compartiendo tanta riqueza cultural viva; al fin y al cabo, uno de los propósitos es que estos saberes y técnicas ancestrales preciosas no se pierdan», indica. «Hace unos días escuché decir al escritor aymara Mauro Alwa que la única manera de que los idiomas indígenas no mueran es que los jóvenes no migren a las ciudades, que existan fuentes de ingreso dignos en sus comunidades, para que de esta manera los abuelos sigan transmitiendo el conocimiento cultural y la lengua a sus descendientes. Lo mismo ocurre con el arte popular, que a su vez es una forma de lenguaje».
Paula Saldaña, arquitecta de profesión, considera que Artecampo brinda la posibilidad de ser una fuente de ingreso y crecimiento profesional para futuras generaciones de artesanos. Y, a propósito, explica que se pretende atraer a los jóvenes a las asociaciones, reinstaurar las capacitaciones y proponer actividades que permitan que la migración a las ciudades no sea tan necesaria. «También queremos afianzar contactos con investigadores locales y extranjeros, porque aún existe mucho por investigar y documentar sobre nuestros pueblos del oriente», cuenta.
Pero, ¿qué podemos encontrar en Artecampo? El lugar ofrece una gran variedad de productos que van desde hamacas de algodón, obras talladas en madera, utensilios para el hogar, caminos de mesa, accesorios de moda, entre otros. En su mayoría, son obras elaboradas por mujeres de los grupos étnicos guaraní, ayoreo, guarayo, weenhayek, chiquitano y de las comunidades mestizas de Cotoca, Vallegrande y Los Tajibos. Además, hay artículos llegados de dos comunidades del chaco chuquisaqueño y del tarijeño.
Saldaña manifiesta que la producción artesanal en Santa Cruz ha crecido, y mucho más en estos tiempos de “reinvención” provocados por la pandemia. «Creo que nuestra gente es muy resiliente, tanto en la ciudad como en el campo; las aptitudes y habilidades están ahí, lo que creo que falta, en general, es una mirada más cuidadosa al diseño como herramienta de lenguaje e innovación», dice. «Es por eso que he admirado siempre el trabajo de Artecampo, va más allá de la artesanía: existe un cuidado especial por la materia prima y con los acabados, lo que refleja un profundo respeto por nuestra cultura; es por eso que la gente se sorprende al ver el trabajo de recuperación de una estética que, si bien puede ser considerada muy contemporánea, es atemporal por su elegancia y armonía». Reconocida en el medio por su activismo ecológico y cultural, Paula Saldaña confiesa haber experimentado poco en la artesanía. «Debo confesar que luego de ver el trabajo de las artesanas de Artecampo, me dan ganas de aprender a tejer y tallar; la cosa es el tiempo y dedicación que requiere. Respeto muchísimo su conocimiento, así que, por ahora, de palco veo y aplaudo las maravillas que crean», señala.
DATOS
La tienda de Artecampo está abierta de lunes a viernes, de 9:00 a 16:00.
El Museo de Artecampo abre jueves y viernes de 15:00 a 19:00 y sábado de 11:00 a 15:00.
Más informes en: http://www.artecampo.org/