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RONICO CUÉLLAR DICE QUE SU NARIZ SE VOLVIÓ FAMOSA GRACIAS AL PÚBLICO

El presentador y comediante tiene su propio programa en la Red Uno, The Narigón Show. Estuvo 10 años en Unitel, donde dice haber dejado una familia

Ronico. ¿Acaso necesita más identificación? Bueno, tal vez sí: en el estreno de The Narigón Show el sábado 31 de octubre, se mostró que un señor en La Paz lo confundió con Luis Fernando Camacho, quizá por la calentura política que aún se siente en el país. Eso sí, ni aquel despistado se salvó de reír con este beniano que durante años hace divertida la televisión boliviana.  

Sigamos. Ronico Cuéllar (Ronald es su nombre real, por si acaso) dejó Unitel hace un año y casi proféticamente anunció que Dios tenía muchos planes para él y que él también tenía muchos planes con Dios. A su fe se suma su talento y ahí está, de nuevo en la tele y con su propio espacio en la Red Uno. El showman se ríe del mundo y de él mismo, la fórmula perfecta para enfrentar los problemas y ser feliz.

The Narigón Show, ¿por qué quisiste hacer famosa tu nariz?

Yo no quise hacer famosa mi nariz, creo que ella se hizo famosa gracias al público. Yo simplemente aprendí a reírme de mí mismo. 

¿A quién se le ocurrió el nombre del programa?

La producción y yo barajamos varios nombres, y no faltó el que diga “El Narigón” (risas). Me gusta, el ‘gon’ con acento en la o es pegajoso; nunca me he acomplejado de los defectos que tengo. Creo que los defectos lo son entre comillas, porque si sabés manejarlos se convierten en virtudes. Todo lo que es diferente sobresale; depende de uno saberlo aprovechar.

¿Alguna vez metiste la nariz donde no correspondía?

Alguna vez no, ¡muchas veces metí la nariz donde no me correspondía! (Risas). Algunas veces fallé, otras veces fui acertado e incluso llegué a hacerme escuchar.

¿De quién la heredaste?

Genéticamente mi nariz proviene de la familia Cuéllar y también un poco de los Subirana. O sea, los Cuéllar tienen la nariz más larga, algunos con su porrita a medio cuerpo, otros con la bolita más pronunciada en la punta. Y los Subirana, sobre todo los varones, la tienen un poquito ancha, lora como se dice vulgarmente.

¿Qué estuviste haciendo después de dejar Unitel?

Estuve viajando, viajé mucho con mi familia. Me uní más a ellos, que era lo que no podía hacer porque estaba trabajando demasiado. Después me fui de vacaciones a Río de Janeiro y a Tarija. Aprendí que viajar te distiende mucho. Así sea cerca o lejos, hay que hacerlo.

¿Extrañás a tus excolegas?

¡Por supuesto que los extraño! Fueron diez años con muchos de ellos, era una familia lo que teníamos y lo seguirá siendo, Dios quiera que sí. Obviamente ahora estamos en diferentes casas televisivas, en diferente programas y horarios. Los extrañaré siempre.  

Vos has trabajado en muchos formatos de programas, creo que solo te faltan noticiarios. ¿Te imaginás presentando noticias?

Sí, he trabajado en muchos formatos televisivos, pero no era algo que yo planeaba, sino que se fue dando. No descarto presentar noticias un día; si se da en el momento en que yo considere que puedo hacerlo, seguramente lo tomaré en cuenta. Por el momento no está en mi radar, es probable que nunca llegue a hacerlo, pero nunca hay que decir nunca.

¿Y qué tal tu experiencia como galán de telenovela?

(Risas) Nunca me consideré un galán de telenovela, porque para mí ellos son gente muy bonita y muy pintuda. Mi papel sí fue el protagónico de la telenovela Despéiname la vida (Unitel, 2018). Entonces lo que hice fue tratar de regalarle al público otro Ronico, una faceta distinta. Fue un personaje más tranquilo y más calmado, no era el Ronico al que estaba acostumbrada la gente. Entonces lo tomé como un reto y siempre estaré agradecido con quienes me dieron la oportunidad para hacer ese trabajo.  

Telenovela con tu ex, programas de televisión con tu ex y ahora en el canal donde está tu ex… ¡Parece que el destino los quiere juntos!

En realidad no trabajamos juntos, pero el destino ha hecho que estemos ligados en el mismo medio de comunicación. Para mí es un placer porque con Grisel (Quiroga) tenemos muy buen feeling laboral. Obviamente está el plus o morbo porque hemos sido pareja y tenemos un hijo, y eso hace pensar a mucha gente que llevarnos tan bien como nos llevamos con Grisel es medio raro y hasta piensan que vamos a volver. Pero no, no es así; es solo es por el cariño que nos tienen y yo encantadísimo de ser amigo de ella.

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