Entrevista

ANAHÍ ZAMBRANO: «ME ABURRE CHATEAR, A NO SER QUE SEA POR UN BUEN CHISME»

TIENE MÁS DE UN MILLÓN DE SEGUIDORES EN TIKTOK Y MILES EN INSTAGRAM. HACE DOS MESES QUE SU NOMBRE ES SU EMPRESA. ES UNA INFLUENCER BENIANA, DE 17 AÑOS.

Más de un millón de personas la siguen en TikTok y 126.000 en Instagram. Quizá las cifras no le hagan ni cosquillas a famosos del mundo del espectáculo o a otros influencers con números astronómicos en estas redes sociales. Pero Anahí Zambrano, con solo 17 años de edad, no se achica ante ello y, con el arrastre que tiene, tampoco permite que se le suban los humos.

Moviéndose en ese mundo, recientemente estuvo en Los Ángeles (Estados Unidos) y México ‘haciendo colaboraciones’ con otros ‘tiktokers’ y en agosto repetirá la experiencia (para quienes no saben de estos temas, las ‘colaboraciones’ son videos que graban juntos dos o más personas para compartir/captar seguidores y multiplicar el movimiento en sus redes). ¡Todo un negocio!

Pero la joven beniana, desde hace un mes universitaria viviendo sola en Santa Cruz, trabaja para entretenerse y ya de paso para conseguir empresas que la quieran como imagen de sus productos o servicios (a nadie le cae mal unos billetitos, ¿cierto?). Pero, ¡ojo!, tampoco es que ella vaya a comprometerse con cualquier marca; dice que no aceptará nada que la aleje de sus contenidos, ni aunque le ofrezcan ‘la plata’. «¡Nadie me pagará un millón de dólares!, tampoco exageremos», comenta sonriendo.

¿Cómo podés tener esa cantidad de seguidores en tus redes siendo tan peladinga?

(Risas) No sé. Subiendo y subiendo material, nomás. Llevo un año y medio trabajando en serio, porque antes lo hacía como hobby; ahora ya soy una empresa. Justo desde hace casi dos meses tengo managers, que son una empresa de marketing, algo necesario porque ya entré a la ‘U’ y mis tiempos se me van en un segundo.

¿Y qué hacen tus managers? ¿Son parientes tuyos?

No; son personas que se dedican a eso. Ellos se encargan de negociar con las empresas que me buscan para promocionarlas; en el tema de las producciones no se meten. Yo las hago y las publico.

¿Siempre subís cosas de moda?

Una mezcla de todo, pero lo principal es moda, maquillaje… lifestyle. La verdad es que mis publicaciones son espontáneas, lo que sale en el momento. Busco que todo sea real, lo más natural posible, aunque he hecho full producciones. Por lo que he notado, les va mucho mejor a las que no son tan producidas.

¿Cómo es que sabés de moda, de maquillaje?

Aprendí el tema de los outfits desde muy chica, siempre me gustó la moda; después, cuando me invitaban a los ‘quince’, vi que necesitaba saber maquillarme, ¡porque mi madre lo hacía horrible! (risas).  En la cuarentena tocó aprender. Entré a un curso, pero yo creo que solo es cuestión de práctica y mirando videos.

¿A qué edad tuviste tu primer celular?

¡Juuu! Cuando tenía nueve años. Mi tío me regaló un Sony Ericsson de esos que solo sirven para llamar y recibir llamadas (risas). ¡Pero yo era chocha con ese celular!

¿Qué hiciste cuando tuviste tu primer millón de seguidores?

Cuando vi que ya estaba por llegar, quise hacer ‘un vivo’. En eso me puse a pensar y, ¡pucha!, era un montón. Sentí muy bonito ver a tanta gente esperando conmigo ese momento.

¿Ese millón es con pagos o a puro pulmón?

No, todo es orgánico en mis redes. La mitad debe ser de Bolivia, la otra de México y de algunos de otros países.

¡Ojalá cada uno de esos seguidores te diera un dólar!

Sí, ¡ojalá! (Risas).

Lo que hacés en tus redes, ¿lo hacés por ganar plata solamente?

La verdad que solo por diversión, por entretenimiento; no por ganar plata. Se puede dar cuenta viendo lo que promociono: cosas que yo he probado y que me gustan. Me han hablado, por ejemplo, para mostrar una inmobiliaria y no, no porque no es mi ámbito, no van con mi estilo. Yo no me salgo de lo que sé y conozco, de mis contenidos.

¿Parás subiendo material?

Irónicamente, no soy muy pantalla. Mientras hay gente que todo el tiempo está sacándose fotos y grabando videos para subir a sus redes, yo no. Yo intento hacerlo para estar siempre activa, pero no puedo, no me nace. Quizá por eso mis publicaciones son reales, porque cuando las hago son espontáneamente.

Pero vivís chateando como la mayoría de los jóvenes…

No, muy poco. Me aburre chatear, a no ser que sea por un buen chisme; algo muy interesante. Ahí sí (risas).

¿Por qué no tenés cuenta en Facebook?

¡Tengo! Pero no me gusta mucho, no la uso. Mi hermano (Luis Carlos) la administra; él sube todo lo que yo comparto en Instagram, y también me saca fotos para postear.

O sea que tu hermano chochea con vos…

Él y mis padres (risas). Soy la menor, entonces ellos siempre han estado pendientes de mí. En esto de las redes, mis padres no se meten porque no entienden, pero mi hermano sí y mucho; así que él está atento a todo. Somos una familia muy unida; sé que puedo contar con ellos siempre y para lo que sea.

¿En la universidad (estudia Comunicación Estratégica y Corporativa) saben que sos influencer con tanto arrastre?

Mis compañeros y amigos de la ‘U’, claro que sí; no sé si mis docentes lo saben, al menos no me lo han dicho. Pero el de mi materia de Comunicación sí debe pensar que soy una cerebrito, porque todo lo que se habla en ella es lo que yo entiendo, lo que yo he vivido con mi trabajo.

¿Qué me decís que el Gobierno quiere cobrar impuestos a los influencers?

¡Sí! De hecho, una empresa nos exigió facturas; así que mi hermano tuvo que sacarse un NIT para tributar porque yo soy menor de edad. Lo bueno es que ahora tengo a los managers para encargarse de todo eso. Sobre el pago de impuestos, yo no tengo problemas; pero en el caso de los que trabajan por intercambio, no creo que valga la pena que facturen. Y, claro, no es que vea el asunto cien puntos; sé que no me beneficia a mí, pero si toca hacerlo, no queda de otra.


SUS REDES

En TikTok: http://vm.tiktok.com/ZMRPny9uu/

En Instagram: https://www.instagram.com/anahizambranoaa/

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