By Elabora flores, mariposas, modulares y un sinfín de figuras en origami y kirigami. Los vende en sus redes sociales y en ferias. Hay novias que lucieron ramos hechos por ella.
La página en Facebook de Dulce Detalle Origami se presenta como algo más que manejo de papeles: “es la traducción de una idea en algo sutil, delicado y atractivo”. El negocio es de Laura Castillo, una diseñadora gráfica paceña que aprendió este tradicional arte japonés en su colegio, cuando tenía 12 años. Pero, ¿en qué consiste su pequeña empresa? Ella elabora figuras de papel y las vende en sus redes sociales y ferias.
De sus manos salen mariposas, flores, dragones, árboles, cajitas, modulares e incluso adornos instalados en macetas. Empezó a hacerlos hace seis años, impulsada por una amiga, y tal ha sido su éxito que en la cuarentena impartió clases vía Zoom. Asegura que la práctica favorece la psicomotricidad fina, por lo que la recomienda a los niños.
Laura utiliza todo tipo de papel, aunque de su preferencia son el del filtro de café, el traslúcido y el reciclado. Además de origami —donde se trabaja con papel plegado— recurre al kirigami, una técnica en la que se usa papel recortado para conseguir más formas. Según dice, gracias a la internet y a los miles de videos en Youtube es posible nutrirse de ideas para elaborar figuras en ambos procedimientos.
¿Qué es lo que más vende? Mariposas y flores. De hecho, en invierno, proveía a una florería de sus creaciones: hortensias, margaritas, rosas, tulipanes, violetas, girasoles, orquídeas… Sí, ¡todo de papel! Ha habido novias que llegaron al altar portando en sus manos ramos hechos por ella. Arte y belleza en un momento grandioso.
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