Con 26 años de experiencia en el rubro de las prendas de vestir para niños y adolescentes, Rosario Centro de Compras ya está en Equipetrol con imagen renovada y su nombre original, Rosario
La visión empresarial de Rosario Rojas Quintana se abrió paso en medio de la pandemia. Acaba de inaugurar la primera sucursal de Rosario Centro de Compras en el exclusivo barrio Equipetrol, en Santa Cruz de la Sierra. Pese a las condiciones que ha generado la crisis sanitaria por el coronavirus, la zona sigue siendo estratégica para los negocios y, más aún, para el rubro de la ropa infantojuvenil y femenina. Ella era consciente de eso desde hace tiempo, solo que esperaba el momento para concretarlo.
La casa matriz abrió en 1994 en un espacio compartido con una tienda de pinturas automotivas. El padre de Rosario, Armando Rojas, lo había cedido a su esposa para implementar un comercio de ropa brasileña, ambos convencidos de que sería muy exitoso: eran papás de cinco niños y ella tenía la experiencia de comprar vestimenta duradera y asequible. Con el nombre de la señora –también Rosario– se denominó el lugar que hoy, 26 años después, ocupa el primer y segundo piso del edificio ubicado en la avenida El Trompillo.
Desde el lunes 19 de octubre, los clientes de Rosario en la zona norte de la capital cruceña pueden encontrar en la calle Hugo Wast de la avenida San Martín todo un universo de prendas para la familia. Son de las marcas que ya conocen: Kyly, Milon, Pulla Bulla, Hello Kitty, Kimby y Charpey, en ropa, y Pampili, Pé com pé y Diversión, en zapatos.
Sus padres siempre estuvieron al mando de la empresa. Con sus cuatro hermanos (Gustavo, María Isabel, Luis Fernando y Diego), Rosario trabajó en diferentes áreas de la empresa, pero después de que ellos emprendieron sus propios negocios y tras la muerte de su papá el año pasado, ella acompaña a su progenitora para compartir responsabilidades. Como licenciada en Ingeniería Comercial con una mención en Marketing Estratégico, tiene la formación para llevar las riendas del negocio y lo está haciendo. Su bagaje de conocimientos empresariales es amplio y su optimismo, gigantesco.
Te gusta lo que hacés, se nota que le ponés toda la pasión del mundo…
Me encanta trabajar con moda, todo lo que son tendencias y colecciones. Eso es algo que nos caracteriza: el trabajar con las colecciones de la temporada. Trabajamos con fábricas muy grandes en Brasil; de allá mandan a sus diseñadores a las grandes pasarelas para empaparse de todo lo nuevo y replicarlo en las líneas infantojuveniles. Cuando veo a niños vestidos con ropa de la tienda, yo me siento realizada. Soy muy detallista, sé lo que tenemos para ofrecer y lo que hemos vendido.
¿Vos te encargás de realizar los pedidos?
Sí, viajo a Brasil dos veces al año para elegirlos en las fábricas, porque no es lo mismo ver las prendas personalmente que en catálogos. Allá estamos con mi mamá dos o tres días viendo y escogiendo lo que queremos traer.
¿Es leal tu clientela?
La verdad es que es muy leal. En esta cuarentena, cuando no sabíamos cómo iba a responder el mercado ante la situación, nosotros nos tuvimos que volver de Vallegrande porque la gente nos preguntaba en nuestras redes sociales cuándo íbamos a abrir. Justo llegó el invierno y parecía que los niños no tenían qué ponerse para combatir el frío. Así que en mayo empezamos a vender por Whatsapp y enviábamos a domicilio. Fue una locura, un desafío para nosotros, pero lo logramos. ¡Hacíamos hasta 50 envíos por día!
¿Te ayudó el hecho de tener una web y redes sociales actualizadas?
Eso sí. Además, nos ayudaron dos cosas: una, ya estábamos trabajando el catálogo y, dos, nosotros ya teníamos mercadería. Justamente todo lo de invierno nos llegó en marzo, poco antes de que empiece la cuarentena.
¿Cuándo es que deciden abrir la nueva tienda?
Fue a fines de junio. El local es nuestro, lo teníamos para alquilarlo, pero era difícil hacerlo por las circunstancias. Así que animadas por Diego y Luis Fernando decidimos abrirla de una vez. Se trata de un concepto nuevo en 153 metros cuadrados. Es moderna y está inspirada en las grandes tiendas de retail del mundo, pero adaptada a los cambios que ahora requiere el consumidor: tiene espacios más amplios para una mejor experiencia de compras.
¿De quién heredaron ustedes esa garra para seguir adelante pese a los obstáculos?
De mis padres. Mi papá es un hombre extremadamente fuerte y sin miedo. A él se le viene algo a la cabeza y lo hacía. Si él pensaba que era posible, se hacía.
Me llama la atención que hablés de tu papá como si él aún estuviese con vida…
(Con sus ojos responde que sí y calla por un momento) … En septiembre recién se cumplió un año de su muerte y los momentos de esos días se reviven.
¿Qué esperás ahora de tu tienda?
Siento una mezcla de miedo y felicidad. Es un desafío. No es una época de bonanza como para que uno tenga la seguridad de que le irá bien en un negocio nuevo, pero creo que tenemos la ventaja de ofrecer artículos necesarios porque los niños crecen y requieren de ellos. Asimismo, tenemos ropa de calidad y a buenos precios, sabemos que son duraderas porque crecimos con esas marcas; mis sobrinos ahora van al campo, las llenan de tierra y no pasa nada… Es ropa y calzado que hasta se hereda entre hermanos.