La comunicadora cruceña se estrena como directora de cine con “Chicas bien”, una película cuyo guion también es de su autoría. ¿Miedo a la crítica? Claro que tiene, ¡y hartísimo!
¿Te gusta el chisme? A Stephanie del Carpio Coimbra, también. Y a los personajes de su película Chicas bien, lo mismo. Son seis chicas que en un fin de semana sacarán sus trapitos al sol en medio de un sinnúmero de sentimientos, con culpas, acusaciones, desconfianzas y compañerismo de por medio. ¡Es la vida misma! «Una montaña rusa de emociones», asegura la joven comunicadora que se estrena como directora en pleno Día Internacional de la Mujer.
Sé que has estado metida en el cine hasta acomodando las luces, ¿qué te animó a dirigir?
¡Mi esposo me animó! Creo que a veces necesitamos que alguien nos diga que podemos hacer algo para recién atrevernos a dar el paso. Yo actuaba desde que estaba en el colegio, ¡hacía teatro! Después hice muchos trabajos de publicidad, castings para productoras como Makina Films, Cabrujas, Cinebox, Indómita… Cinco o seis años me dediqué al casting; ahí me vieras como loca diciéndole a la gente en la calle que la necesitábamos para un trabajo publicitario, obviamente eso era cuando apenas existía Facebook; después fue más fácil: buscar en la red entre los amigos de mis amigos. Entonces ya tengo ese músculo bien entrenado para elegir actores, que es lo que he hecho para Chicas bien.
¿Buscaste a tu elenco en las redes sociales?
Solo a tres chicas (María Victoria Hossen, Valentina Sánchez y Rissy Vidal) y al único varón que actúa en la película (Frederick Kelley), porque los personajes exigían características especiales, con mucha naturalidad. Entré a Instagram y a TikTok, y la verdad es que conseguí lo que necesitábamos: personas con facilidad de palabra, comprometidas y responsables; se complementaron muy bien con actrices de mucha experiencia en nuestro medio, como Mey Bianchi, Alejandra Grágeda y Mariana Bredow.
¿Y no fue difícil trabajar con novatas en actuación? Teniendo en cuenta que el chico ya se campeó en el reality show «El poder del amor»…
No, para nada. Parece que el entrenamiento que tienen para crear contenidos en sus cuentas las hizo desarrollar un talento para estar frente a las cámaras. Para ellas no fue complicado actuar y adaptarse al cine; además tuvimos un mes de ensayos, con horas y horas de mucha paciencia. Se han rajado.
¿Les han pagado bien?
Todavía no les hemos pagado. Tienen que mover sus redes para que la gente vaya al cine y ellas estén ‘forradingas’ (risas). Vamos a esperar los ingresos de taquilla.
Con tu esposo (Ernesto M. Anaya) trabajaste como productora de la película Celeste, que él dirigió en 2015. ¿Qué tal es trabajar con tu pareja?
Nosotros desde siempre hemos hecho un buen equipo, ¡mucho antes de ser pareja! Él estudiaba cine en Argentina y estaba enfocado mayormente en los videoclips; cuando venía a Bolivia contactaba bandas para filmarles cortos y así fue como empezamos a trabajar juntos. En 2017 nos hicimos pareja y después vinieron los hijos.
¿Es difícil hacer tu trabajo con dos niños revoloteando por ahí?
Yo diría que es bastante desafiante, pero se puede trabajar en esto siendo mamá (tiene dos hijos: Sebastián, de dos años, y Ezequiel, de cinco). Lo importante es tener una red de apoyo, como dicen en Working Mom, una página en internet que sigo (risas). Yo recurro a las abuelas.
Chicas bien fue escrita por vos. ¿Desde cuándo hacés guiones de películas?
Este es el primerito. Yo venía con la idea desde hace dos años; sabía que tenía que escribir sobre una chica que sabía del chisme de su amiga… Y así pensaba y pensaba… Una madrugada agarré mi cuadernito y lo llené, ¡estaba listo el groso! Ya después, estudiando sobre guiones y estructuras, vino el proceso de acomodarlo. Mi idea ahorita es dedicarme a eso: especializarme en la escritura de guiones. Me encanta contar historias, anécdotas, chistes y chismes (risas).
Y bueno, ya que contaste algo de la película, ¿qué otros adelantos podés darme?
Chicas bien muestra cosas que a las mujeres no nos gusta reconocer o aceptar, quizá porque nos da miedo o vergüenza. Las peleas entre amigas y los matrimonios pantalla son una realidad que sucede aquí y en cualquier otra parte del mundo. No fue fácil, pero sí fue un lindo desafío contar esta historia de manera sutil, con la que muchos se podrán identificar. Estoy segura que el espectador sentirá cierta empatía por los personajes que sacan sus trapitos al sol, pero que al final serán ejemplos de sororidad y amistad.
Sinceramente: ¿le tenés miedo a la crítica?
¡Hartísimo! (Risas) Muchas veces le dije a Ernesto: “¿Sabés qué? Esto (por la película) que quede como un ensayo; que no se muestre nunca…
Y Ernesto dijo: “¿Y cómo le vamos a pagar a los actores?”…
(Risas) Sí, ya estábamos por vender un riñón. Con decirte que estuve tentada a enviar el guion a Cima Impulsa, un programa español que promueve el desarrollo de proyectos escritos por guionistas mujeres. Pero Ernesto me hizo entender que la película no será perfecta, pero es el primer paso que daré.
Como decía el Tío Morocuá: lo importante es participar…
(Risas) Sí, ya sé que tengo un buen material, que las chicas lo han hecho bien… ¡Y ya!
¿No llorarás si te critican?
No, mi síndrome del impostor ya me ha criticado mil veces.
¿Qué es eso?
Es esa actitud que tenemos algunas veces las personas de decir: ¡Ay, no! Mi trabajo es feo, mi trabajo no sirve… Así que lo malo que me digan, no me afectará.
PARA SABER…
Estreno para prensa e invitados especiales: 8 de marzo de 2022
Estreno para público en general: 24 de marzo de 2022