LA CHICA DE LOS GRANDES OJOS MARRONES, LA EXPERTA EN MODA, SE CASA. HA DEJADO DE ESCRIBIR EN SU BLOG, PERO SIGUE ACTIVÍSIMA EN INSTAGRAM, FACEBOOK Y TIKTOK.
Quienes extrañamos Bolivia Moda también echamos de menos a la “modelo” que desde la primera fila de la pasarela escudriñaba los más variados outfits. Sus grandes ojos marrones llamaban tanto la atención como su pinta, y prácticamente de inmediato sus descripciones y críticas estaban plasmadas en su blog de moda, casi casi palabra santa entre diseñadores y ‘fashionistas’.
Ana Lucía Gutiérrez es la Vogue boliviana andando. No, no es una exageración: además de tener una maestría en Fashion Marketing en Parsons School of Design (Nueva York), ella es trendy y una bloguera que irradia buen gusto e impone tendencias. Ella está siempre in.
¿De quién heredaste esos ojazos?
De mi padre y de la familia Gutiérrez. Todos somos ojosos y es algo tan distintivo que ya en nuestro entorno sabe que somos Gutiérrez solo por vernos los ojos.
Y la pasión y buen gusto por la moda, ¿quién más los tiene en tu familia?
Aprendí a apreciar la moda por mi mamá. Ella sin darse cuenta me enseñó sobre el estilo personal y el buen gusto. Es una mujer muy fina y clásica, y creo que inconscientemente crecí queriendo replicarla.
¿Creés que se tiene que nacer con eso o se puede obtener en el camino?
He visto ambos casos. Conozco personas que han transformado sus estilos y su gusto el buen vestir a través de los años y también sé de personas que siempre, desde niños, han tenido un ojo por la moda. Yo siempre la amé; pienso que nací con ese chip de apreciar la moda y de querer expresarme a través de ella.
¿Se puede ser elegante con ropa barata?
Sí, absolutamente. Tengo mucha ropa económica que se ve muy refinada y es porque con los años he aprendido a escoger lo estéticamente elegante. Viéndolo del otro lado: hay muchas prendas carísimas que lucen poco estilosas. Es todo cuestión de tener un buen ojo para escoger.
¿Dónde comprás tu ropa?
La gente pensaría que por el rubro en el que trabajo compro mucho, pero en realidad soy una compradora consciente, muy ahorrativa y espero a que algo realmente me enloquezca; no gasto por gastar. En Bolivia, compro en tiendas como Sisley, que tiene prendas clásicas como una buena camisa blanca, por ejemplo; o, si se trata de calzado, en Stiletto, ¡me encantan sus productos! Al mismo tiempo, disfruto comprando online y como ahora estoy mudándome, Amazon es mi lugar favorito para ese tipo de adquisiciones. Pero en sí, debo decir que la mayoría de las piezas de mi closet son económicas.
¿Qué es lo más caro que tenés?
He invertido en algunas cosas de marca que considero que son clásicas: una cartera negra, unas gafas y unos aros pequeños de diamante. Piezas que amaré por siempre.
¿Cómo va tu blog?
Hace tiempo que no escribo en mi blog y eso me apena mucho. Era una parte de mi trabajo que me consumía demasiado tiempo y no permitía crecer otros aspectos de mi marca. Ahora me enfoco principalmente en tres plataformas sociales: Instagram, Facebook y TikTok, y a través de eso manejo el 90 % de los proyectos que tengo.
¿Cuándo y cómo decidiste dedicarte a esto?
En 2012 decidí lanzar mi blog The Big Brown Eyes y fue un completo riesgo para mí, no solo porque el rubro no existía en el país, sino porque me sacaba completamente de mi zona de confort. Soy funcionaria en la constructora de mi familia a tiempo completo y la creación de contenido lo hago en cada hueco libre que tengo, principalmente en las noches y los fines de semana. Pero el ser creadora de contenido no es un extra, me consume igual que mi trabajo principal.
¿Por qué hay tanta gente queriendo ser influencer de moda?
Porque es un rubro que parece ser de mucho glamour, y viendo el contenido y la foto final, aparenta ser fácil, ¡pero no se imaginan el trabajito que hay detrás de cada escena! Es muy sencillo tener presencia en redes, pero es muy difícil hacer de esto un trabajo serio y respetado.
¿Una influencer de moda siempre tiene que andar bien vestida o vos salís a la calle con ropa sencilla y sin maquillaje?
El 80 % de las veces salgo sin maquillaje a la calle; solo uso maquillaje para producciones y eventos grandes. Me considero una persona sencilla, práctica y, obviamente, me encanta la moda, pero eso no significada que debo estar producida todo el día. Llevo la moda a mi estilo y eso es con una cierta simpleza.
¿Alguna vez criticaron tu pinta?
Pienso que las mujeres que son más arriesgadas al vestir, usualmente tienden a estar más expuestas a las críticas. Mi comunidad es increíblemente positiva y amable, así que de forma directa nunca alguien me ha criticado algo que yo haya usado. Sin embargo, estoy segura de que alguien lo ha hecho por detrás, ya que nadie es monedita de oro.
Te estás casando dentro de poco. Decime, ¿cómo fue que te animaste?
Voy 10 años con mi pareja (Alberto Sottocorno), entonces, era natural el paso a seguir porque queremos continuar con las siguientes etapas de nuestras vidas ya en un hogar juntos. Técnicamente, ya estoy casada porque ya firmé en notaría, pero por temas de pandemia y personales tuvimos que posponer la fecha de celebración. El viernes 18 de marzo es la misa y el festejo con familiares y amigos.
¿Estás nerviosa? ¿Te han dicho que te tardaste?
¡Sí! Siempre me dicen que me tardé mucho, porque llevábamos cinco años comprometidos; pero así soy yo: nunca sigo las reglas del juego. Pienso que cada uno tiene su tiempo y no hay edad para casarse, para tener hijos o para comenzar algo nuevo. Cada uno debe hacer su propio camino sin mirar a los demás.
¿Cómo será tu vestido de novia? Imagino que no fue difícil elegirlo.
No fue nada difícil, pero no escogí solo uno. Quienes me conocen sabrán que los vestidos son 100 % fieles a mi estilo. Uno es para la celebración civil, otro para la iglesia y uno para la fiesta; los tres son de Pronovias, una marca con la que he trabajado y tenía clarísimo que la elegiría para mi gran día.
¿Te gusta el tenis? (Su novio fue un destacado tenista)…
Mi esposo jugaba tenis profesional, entonces tuve que aprender a que me guste (risas). Irónicamente, el tenis es el deporte que menos sé jugar.
¿Y a él le gusta la moda?
Creo que antes de conocerme, él tenía cero interés por la moda, ahora ya se ha vuelto un poco más arriesgado con sus elecciones (risas). Trabaja conmigo en The Big Brown Eyes desde que comencé; entonces tiene un gran aprecio por lo que hago y por el rubro.
(Foto de novios: Pablo Manzoni)