Aunque sus hijos Marquito y Bruno corren desde que eran pequeños, la ansiedad y sus nervios siempre están a flor de piel cuando ellos están en competencia.
Esposa de campeón y madre de campeón. “Susy” Wilkinson, la modelo que dejó las pasarelas y fotografías al convertirse en esposa del automovilista Marco Bulacia hace 22 años, ha estado al borde de las pistas de carrera desde entonces. En noviembre del año pasado, su hijo mayor (Marquito, de 20) conquistaba el Rally Terra en Italia y ahora el segundo (Bruno, de 18) se prepara para seguirle los pasos.
¿Qué siente al saber que su esposo y sus hijos están corriendo? ¿Hay miedo aún o ya no?
Hace tanto tiempo que mi esposo y mis hijos corren, pero el sentimiento es el mismo, aunque ellos hayan tomado este deporte muy en serio. La ansiedad y los nervios siempre están a flor de piel.
¿Qué dijo usted cuando su hijo mayor empezó a correr?
Mis hijos siempre han sentido la adrenalina de las carreras en la sangre, pues desde que me casé con Marco él corre y yo siempre los llevaba conmigo a verlo. Ellos siempre me decían que querían ser como su papá, un corredor de rally y campeón.
Y cuando a su otro hijo le picó el mismo bicho de la velocidad, ¿cómo reaccionó usted?
Mis dos hijos corren desde que eran unos niños. Cuando me embaracé por tercera vez y supe que esperaba una niña, le dije a mi esposo: “Ella es solo mía”. Por suerte a Valeria (de 10 años) le gusta el ballet, el baile y la gimnasia.
¿Alguna vez usted ha corrido con uno de sus hijos o con su esposo?
No, nunca me animé. Alguna vez me subí en unas pruebas con Marco, pero nada más.
Su hijo Marquito está causando sensación a escala internacional, ¿usted quiere que siga o preferiría verlo en otro deporte menos riesgoso?
Estoy muy contenta con que Marquito esté cumpliendo su sueño; solo espero que muy pronto llegue a ser un piloto profesional. Ver que está en lo más alto de su carrera, ya compitiendo con pilotos de élite, y siendo parte de uno de los mejores equipos como tok sport es lo mejor que le puede estar pasando. Con Bruno queremos que pase exactamente lo mismo, que logre sus objetivos.
Usted fue modelo, ¿imaginó que su vida de esposa y mamá iba a tener tanta adrenalina?
La verdad que nunca, pero hasta ahora no deseo que mi vida haya sido diferente. He disfrutado cada momento, los buenos y también los malos.
¿Cómo recuerda su paso por las pasarelas?
Tuve lindas experiencias que siempre las recuerdo. Sin embargo, la vida continúa y uno decide formar una familia. Aparte de eso, como yo era administradora de empresas y Marco ingeniero civil, cuando nos casamos creamos una empresa constructora; así que cada uno hace su trabajo de acuerdo a su profesión.
¿Será que su hija también puede ser automovilista?
¿Valeria? ¡No! Ella es una lady en todo el sentido de la palabra (risas). Le gustan mucho sus clases de ballet y baile; en el colegio hace gimnasia y le ha ido muy bien en eso: salió bicampeona en los Juegos Plurinacionales. Su papá siempre dice que como ella es perfeccionista, dedicada y competitiva le iría excelente en el automovilismo.
¿Le gustaría que sus hijos tengan una profesión universitaria?
El estudio es muy importante. Estando en colegio, los hemos motivado a que estudien y tengan buenas notas. Ahora, a nivel universitario, tienen que seguir una carrera profesional.