Madre e hijo le metieron al negocio inmobiliario sin conocerlo y ahora son dueños de una subfranquicia del rubro con casa matriz internacional. Century 21 Territorio los tiene más unidos, aunque tengan personalidades dispares
Muchas veces trabajar diariamente con un pariente podría resultar problemático, pero ese no es el caso para Elizabeth Bowles y su hijo Carlos Arzabe. «Somos muy diferentes, pero eso es lo que hace que seamos exitosos. Mi madre es muy pasional, yo más racional», dice él orgulloso. «En algunos momentos se dan las fricciones de toda empresa, pero siempre ponemos el amor por delante y la confianza que nos tenemos a ojos cerrados», acota ella convencida. Ambos son propietarios y brokers inmobiliarios de Century 21 Territorio, subfranquicia de Century 21 Bolivia.
Están con la compañía desde 2018, cuando decidieron dejar su propia inmobiliaria para trabajar bajo el paraguas de la multinacional, convencidos de su seriedad y profesionalismo, y de que podrían aprovechar su know-how. Lo curioso del caso es que cuando ingresaron dos años antes al negocio, lo hicieron sin tener la menor idea del asunto. Carlos lo explica muy bien: «No sabíamos ni lo que era un contrato de alquiler».
Madre e hijo aseguran que ser parte de Century 21 Bolivia y después pasar a ser copropietarios de una subfranquicia les cambió totalmente el escenario. «Nos ahorramos años de prueba y error al ingresar en ella. De la noche a la mañana llenamos todos los vacíos que teníamos cuando éramos independientes», dice “Eli”, que por 20 años se movió en el rubro del marketing. La ingeniera comercial trabajó en Azaleia (Femenina), Mitsuba, PAT, O Boticário y Surplus Bolivia; las últimas también franquicias que estuvieron en sus manos.
Carlos estudió Administración de Empresas en Argentina y siempre tuvo en mente tener un emprendimiento. «Mis padres me inculcaron trabajo desde chico. A mis 15 años fui cajero de los pollos Chuy y también tomé pedidos del autopollo; además formé parte de un equipo juvenil de Mitsuba, trabajé en la parte comercial de la revista Trendy e hice pasantías en el Banco Mercantil Santa Cruz. Si yo quería comprarme un celular, tenía que trabajar para ello», cuenta. «Nunca en mi vida pensé en trabajar para alguien; si en su momento lo hice, fue porque tenía que quemar etapas, pero siempre mi misión era tener lo mío, hacer algo por mi cuenta».
Century 21 es una multinacional con una franquicia en Bolivia y 17 subfranquicias. Century 21 Territorio es una de ellas, la de Elizabeth Bowles y Carlos Arzabe.
Pero, ¿cómo es que madre e hijo incursionan en el rubro inmobiliario?
(EB). Las cosas se fueron dando. Yo estaba trabajando en marketing y después manejé una empresa de desarrollo de franquicias, y en esa etapa Carlos estaba estudiando en Argentina. Como todo joven que desea incursionar en algo, siempre veía con interés el movimiento del rubro inmobiliario. En muchas oportunidades le tocó a él y a otros estudiantes requerir de un servicio inmobiliario y entonces pensó en dedicarse a ello en Bolivia. Al llegar lo conversamos, lo analizamos y armamos la empresa Territorio Negocios Inmobiliarios como socios.
¿El objetivo que persiguen ahora es el mismo que tenían que cuando eran independientes?
(CA) Totalmente. Nuestro objetivo no está en venderte o alquilarte un inmueble, está en ayudarte. Nosotros entendemos que te estamos ayudando a tomar la decisión de inversión más importante de tu vida. De igual forma, al ser ahora brokers en una oficina también ayudamos a nuestros asesores. De hecho, siempre quisimos formar a un equipo; ahora lo tenemos.
¿Y cómo va el negocio con la crisis económica que vive el país?
(EB) Felizmente, Santa Cruz siempre está en movimiento con inversionistas locales y otros que llegan del interior y exterior. El mercado ha cambiado, pero sigue siendo favorable. Después de los 21 días de paro y de la cuarentena ha habido un efecto rebote que nos ha sorprendido: no solo hay mucha oferta sino también mucha demanda, tanto del que tiene un dinero para invertir como del desarrollador inmobiliario que busca inmuebles para algún proyecto.
(CA) Después de la cuarentena, las empresas que tenían equis volumen de sucursales las han cerrado, entonces es un momento importante porque te empiezan a pedir específicamente lo que necesitan ahora. Así también están surgiendo nuevos modelos de negocios que requieren de espacios específicos para funcionar. Por otro lado, a mucha gente le redujeron el sueldo y se les hizo pesado pagar su alquiler; entonces buscan algo de acuerdo a sus posibilidades. Y también se da el caso de los que en el encierro se percataron de que sus departamentos o casas son pequeñas y quieren algo más grande.
¿Es verdad que los inmuebles están baratos?
(EB) Yo no lo creo, están a su precio real. Los avalúos no bajan, siguen siendo los mismos. Lo que pasa es que sí puede haber buenas oportunidades de compra de inmuebles cuando el propietario tiene necesidad de vender. Por la situación en sí los precios no bajan.
¿Sintieron miedo cuando la emergencia sanitaria se extendió?
(CA) Sí, por supuesto. Al comienzo fue bonito: estar una semana encerrados y durmiendo todo el día, ¡fue muy bueno! Pero con el paso del tiempo ya te das cuenta de que se te acaba la plata, te preguntás cómo vas a vivir y aparte tenés que pagar sueldos y alquiler. Porque sí que pagamos todo como corresponde, al 100 %, pero pedimos a la gente a que nos dé tiempo para hacerlo y felizmente todos comprendieron.
(EB) Pero, ¿sabes de qué me di cuenta en la cuarentena? De que hicimos bien al entrar a Century Bolivia porque el respaldo que recibimos a nivel Latinoamérica fue impresionante. Se tomaron como unos 15 días para organizarse y de repente todos nos unimos virtualmente y se armó la mayor red de asesores en capacitación.
(CA) Se creó una universidad online. Fue el mejor momento para capacitar y ahí está la plataforma al servicio de los asesores.
¿Se necesita ser “garganta” para ser corredor inmobiliario?
(CA) No es cuestión de tener “garganta”. Podés ser el mejor vendedor de autos, de celulares o de hamburguesas, pero eso no sirve como base para ser asesor inmobiliario. Esto es una venta diferente a cualquier otra cosa. Si sos abogado, biensísimo; podés ayudar a mucha gente en un aspecto que conocés muy bien, las leyes. Si sos banquero, lo mismo: ayudarás al cliente de una forma radical por la parte de los créditos financieros para comprar inmuebles. Y así serían como unas 15 profesiones que podrían estar relacionadas al rubro, porque aquí somos medio arquitectos, medio ingenieros, medio sicólogos…
Pero sí hay que tener paciencia con los clientes…
(EB) Hay situaciones muy especiales. Hay algunas que fluyen muy bien, pero hay otras en las que definitivamente uno tiene que ser tolerante.
¿Cuál sería la cualidad indispensable para ser asesor?
(CA) La proactividad. Si no soy proactivo o no busco generar el negocio, este no llegará. Si no soy proactivo para aprender, tampoco sabré cerrar tratos.
Pero, hay mucha gente dedicada a este negocio. ¿Es porque hay muchos inmuebles para ofrecer a la venta, alquiler y anticrético?
(EB) El asalariado de antes está buscando hoy en día como ser independiente y en ese sentido se mete al rubro porque lo ve fácil. Lamentablemente, muchos ‘probones’ dañan el movimiento inmobiliario porque provocan una mala experiencia al cliente y después este se niega o evita tratar con nosotros.
Yo pensé que era por evitarse el pago de comisiones…
(CA) Por eso y por la mala experiencia con los ‘probones’. Para una persona es un dolor de cabeza lidiar con la venta de su casa y recurre a un asesor; es cuando se topa con esta gente y la situación se le complica.
Carlos, ¿cómo es trabajar con tu mamá?
(CA) La verdad es que no creo que pueda encontrar una compañera más perfecta para trabajar.