Dinki está ya en La Paz, Oruro, Tarija, Santa Cruz y Cochabamba. Además, la startup se ha expandido como franquicia a San José, Costa Rica
Los autitos Dinky causaron furor en los niños de la década de 1980. En diciembre del año pasado, cuatro amigos los recordaron y con un nombre similar decidieron bautizar su emprendimiento, una aplicación que permite pedir transporte, realizar encargos y recoger comida. Desde finales de octubre Dinki (con i latina) circula en La Paz, Oruro, Tarija, Santa Cruz y Cochabamba. Asimismo, la startup se ha expandido como franquicia a San José, Costa Rica.
La idea fue de Francisco Frías, que se la comentó a su padrastro, Antonio Fortún, y a sus colegas de trabajo Adrián Rejas y Gerardo Montecinos. Con el proyecto se pretendía que las personas tengan en sus manos una app con la que puedan realizar tres cosas: pedir un taxi que indique la tarifa estimada, que brinde datos del conductor y dé un tiempo de llegada aproximado. Además, que a través de ella se encargue desde el recojo de un documento hasta medicinas en farmacias o productos de un supermercado. Por último, la misma herramienta permite el servicio de comida a domicilio desde restaurantes. De esta forma, los socios aseguran los ingresos de los conductores y el uso constante de sus vehículos.
Frías, que funge como gerente general de la empresa, asegura la transparencia, seguridad y comodidad de Dinki. «Hemos estado trabajando antes de octubre, pero como prueba, haciendo ajustes y adaptándonos a lo que requiere la gente», cuenta. «En los días duros de la cuarentena, hemos transportado oxígeno y medicamentos por encargo. Las personas pueden confiar en que lo que pidan o envíen llegará en perfectas condiciones a su destino».
Por otro lado, Dinki ofrece un beneficio a los comercios gastronómicos formales: la aplicación cobra 40 % menos de comisión que otras empresas de delivery, entendiendo que son los más afectados por la emergencia sanitaria. «Estamos seguros de que la reactivación económica en el país se fortalecerá siendo solidarios y justos en los tratos con todos los actores del sistema», indica Francisco, que asegura la expansión del servicio a otras ciudades bolivianas y del exterior del país. Para el usuario hay una interesante campaña de marketing: si comparte su código con otras personas, cada vez que estas lo usen le generarán un porcentaje en su billetera móvil que lo podrá utilizar en cualquier servicio de la plataforma. Así que ya saben, a bajar Dinki, es gratis.