El ejecutivo de MOBI ve la vida de forma ecosostenible. Apasionado por la electromovilidad fabrica vehículos libres de emisión de carbono y, asegura, no se los vendería ni a un jeque árabe.
En la Expocruz de 2019, Ariel Revollo intentaba venderle un vehículo a Juan Pablo Velasco, director en Bolivia de Pedidos Ya. Durante la charla surgió la idea de crear un medio de transporte diferente, a partir de la combinación de los rubros en los que trabajaban.
Fue así como después de analizar los sistemas de transporte de varias ciudades del mundo, llegaron a la conclusión de que Santa Cruz de la Sierra demandaba con urgencia algo tan moderno como los vistos en el extranjero, con tecnología marcando su operabilidad. Arrancaron con 60 electromovilidades: scooters (motoneta), bicicletas y motos.
Así nació MOBI, una flota de vehículos eléctricos que se alquila en diferentes puntos de la capital cruceña como medio de transporte. Su meta es inspirar un cambio de mentalidad en las personas, en busca del cuidado del medio ambiente y la reducción de la huella de carbono. «Hasta fin de año tendremos desplegadas 400 unidades; nuestra consolidación para Santa Cruz es tener 1.900», indicó Revollo, CEO de la empresa que, además, fabrica sus movilidades y las baterías de litio con las que se mueven.
¿Cómo es que un ingeniero financiero se interesa por la electromovilidad?
Yo estoy en la industria automotriz desde hace más de 14 años y siendo muy joven empecé a relacionarme con la maquinaria automática, la automatización. Hace seis años ingresamos al mundo de la electromovilidad y realmente quedé fascinado. Respecto a mi profesión, debo decir que las finanzas van muy bien con la industria si sabés cómo aplicarla; nosotros lo hacíamos en el feedback, es decir, en el retorno de inversión sobre maquinaria y es así que empecé a consolidar una carrera financiera-industrial; con la llegada de los vehículos eléctricos hubo un click en mi vida.
¿Y qué hizo ese click?
Me permitió empezar a trabajar con sostenibilidad y, en la línea de finanzas industriales, la sostenibilidad es algo que puede medirse en impacto y el impacto puede traducirse en una mejor ciudad, una mejor calidad de vida para las personas. Ese propósito es más superior que el simplemente querer tener un retorno monetario.
¿Qué lo movió a fabricar vehículos eléctricos?
Yo había conocido a un industrial que se dedicaba a fabricar equipos para minería; cuando vi que uno de ellos podía ser perfectamente un vehículo eléctrico, se le ocurrió hacer la primera versión de estos, en este caso uno de cuatro ruedas. Pero cuando lo aplicamos en el día a día y vimos la cantidad de repartidores que había en la ciudad, decidimos que la mejor opción era entrar a la micromovilidad.
Entonces, ¿no está en sus planes de fabricación los vehículos de cuatro ruedas?
No, a priori no. No nos interesa el foco de ese tipo de vehículos, pero sí los buses.
¿Buses para fabricarlos en Bolivia?
Correcto; eso sería un último nivel. Hay muchas cosas que se están innovando en el campo de la tecnología automotriz y nosotros estamos trabajando en ello cada vez más fuerte.
¿Usted cree que los vehículos eléctricos desplazarán a los de combustión en un futuro próximo?
El futuro es eléctrico, definitivamente. Hay muchas aplicaciones que están terminando de configurarse y en esa línea nosotros tenemos la predisposición de revolucionar el nuevo mundo que está preparado para la movilidad eléctrica.
El servicio de MOBI se expandió hacia el Urubó y Porongo, ¿hacia dónde más piensan hacerlo?
Vamos a empezar a trabajar con el centro y el Distrito 1 completo. Tenemos pensada la expansión para diciembre y enero.
¿Y a escala nacional?
En lo nacional tenemos pensado entrar a dos ciudades y en el exterior ingresaremos a tres países; aún no podemos decir cuáles porque estamos en negociaciones.
Para ampliar el servicio es necesario también agrandar la flota, ¿hay capacidad para ello?
Sí, ya tenemos una escala bien medida. Sabemos cuánto nos costará entrar a una ciudad nueva y cuántos vehículos necesitamos. Estamos fabricándolos; tenemos una planta en Santa Cruz y Cochabamba, y una más en construcción en el Parque Industrial.
En una ciudad como Santa Cruz, donde hay poca educación vial, ¿no es prácticamente una locura emprender en un negocio de flete de vehículos “livianos” y ponerlos a rodar en las calles?
(Risas) Esta pregunta se la hicieron todas las personas entrando al negocio, pero es algo que no afectará tanto la operación. Hemos validado las hipótesis de todo lo que pudiese suceder con los vehículos, pero si tenés un sistema que te permita funcionar correctamente, trabajarás sin problemas.
Sé que están exponiendo la motocicleta en la feria de Dubái, ¿cómo les está yendo?
Bien, muy bien. Tenemos mucha gente interesada en la motocicleta. Nos interesa hacer contactos sobre todo con países emergentes como el nuestro. Yo creo que en el lapso de algunos meses vamos a estar anunciando nuestra primera expansión, que también es fruto de esta feria.
Y si en esa feria un jeque le quiere comprar su negocio, ¿lo vende?
(Risas) Totalmente no, pero sí de forma parcial.
¿Hay forma de que ustedes vendan alguno de sus vehículos?
Definitivamente, no. Nosotros somos una empresa de tecnología, por lo tanto, vivimos del servicio y el servicio es lo que nos permite funcionar.
Lo escucho en su vehículo, ¿es eléctrico?
Sí, por supuesto. Antes de MOBI utilizaba el coche dos o tres veces al día alrededor de una hora y media, pero actualmente lo usa media hora a la semana, que es cuando tengo que recoger a la familia. El automóvil eléctrico permite números verdes en el tiempo; los que son a combustible seguirán generando mayor inversión y gastos. El futuro hará que la gente pase de ser dueña de un vehículo a ser usuaria de un servicio.
¿De qué otra forma usted, en lo personal, colabora al cuidado del medio ambiente?
Yo soy bien verde. En la empresa tenemos una política interna que es la publicidad verde: no emitimos ningún tipo de impresión en papel. Todo lo publicitario que tenemos es digital, 100 % sostenible.