La exreina de belleza, presentadora de televisión y actriz espera el nacimiento de su hijo, concebido por fertilización in vitro. A sus 39 años se considera una mujer plena y feliz.
El 9 de marzo nacerá Emiliano, el hijo de Catherine Villarroel. La futura mamá fue Miss Santa Cruz y Miss Bolivia Internacional, además de Reina de Santa Cruz, presentadora de televisión y actriz incluso de cine: en 2019 la vimos en la película Santa Clara.
Rondando los 40, recurrió a la fertilización in vitro; según ella, porque ya es una “mujer madura” y porque la necesitaba para ser madre. Confiesa que se emocionó cuando su médico le dijo que el tratamiento de reproducción asistida había resultado exitoso, porque no siempre es así y porque todos lo esperaban en su casa.
Poco le importan los rótulos, estereotipos y convencionalismos sociales, pero sabe que existen y agradece que sus padres hayan compartido su felicidad sin importar que fuese una mujer soltera. «Por mi mente no pasa si a la gente le gusta o no lo que estoy viviendo o si está de acuerdo o no con lo que hice», enfatiza. «Mi felicidad no tiene precio y me siento muy amada».
Su vida ha cambiado en los últimos tiempos y los desvelos por la incomodidad de la pancita los tiene. Pero Catherine sabía que los tendría, antes y después de la llegada de su bebé. Y con la dulzura por la que es conocida asegura: «Sin haber nacido aún, él ya cambia mi cansancio por amor».
¿Te hubiese gustado ser mamá más jovencita?
No. Siempre le tuve respeto a la maternidad y además prioricé otras cosas en vida. Sabía que era una gran responsabilidad y eso me detenía al momento de intentar ser mamá; no era lo mismo cuidar un mes a mis sobrinas, que a un niño 24/7. Tener a Emiliano no ha sido una decisión a lo loco; me decidí a buscarlo cuando me sentí preparada para todo. Sin embargo, admiro a las jóvenes que se convirtieron en mamás y luchan por su bienestar.
¿Cómo estás esperando a tu bebé?
Ya tengo el 90 % de todo lo que necesito, pero obviamente lo principal es el amor con el que lo espero. ¿Antojos raros? El arroz nunca me ha gustado y el primer trimestre Emiliano me lo pedía; aparte de eso, hubo como dos semanas seguidas en las que deseaba dulces, postres que antes yo ni los miraba. Pero en general, todo el embarazo ha sido de muchas frutas, como piña, sandía, achachairú…
Dejaste la tele hace casi tres años, ¿tenés planeado volver?
Siempre será una pasión la televisión, siempre me gustará. Dios quiera que tenga la oportunidad de volver a un formato de noticias, un espacio femenino, revistas informativas o de cocina que me encantan; creo que soy versátil y puedo estar en todos esos tipos de programas. Dios dirá.
¿Qué tal tu paso por el cine?
Me encanta el cine y como soy re-disciplinada y tranquila sorprendo cuando actúo (risas). Interpretar a Ana en Santa Clara fue un desafío porque se trata de una mujer de los años 60, criada con otras costumbres e ideas totalmente diferentes a las actuales. Fue muy buena experiencia, incluso por los escenarios donde filmamos, todos muy bellos. Si un director tiene un proyecto con un papel que yo pueda desempeñar, con gusto vuelvo a actuar.
¿Cómo enfrentaste la pandemia?
Como todos, con miedo en el inicio; pero después la tomé con actitud positiva: aprendí a cocinar y a limpiar (risas), y aproveché para cuidar de mi padre y de mí. Hasta ahora conservo las normas de seguridad con la misma intensidad que cuando todo comenzó. Vi a gente amada irse y en medio de todo esto mi fe en Dios se fortaleció; Él tiene el control de absolutamente todo y le he agradecido por cada día que me ha dado. Es increíble que lo que se planifica puede cambiar en un segundo; la vida es muy frágil.
Falta poco para el parto, ¿le tenés miedo?
No. Estoy ansiosa más que nerviosa. Quiero conocer a mi hijo; ya quiero verlo.
¿Te cansaste de ser tía?
No (risas). Amo y adoro a mis sobrinas (hijas de su hermana Sandra). Ellas igual ya quieren conocer a su primo; vendrán para su bautizo en unos seis meses.
Sos hermosa y trabajadora, ¿cómo es que no te has casado?
Porque te cuento que ya pasé la etapa de enamoramiento (risas). Eso no significa que el amor no pueda llegar en cualquier momento y sorprenderme. Hasta el momento solo una sola vez me he enamorado en mi vida y fue patas y todo, pero pasó. Actualmente, soy una mujer plena y feliz, sin los títulos que me puedan dar los demás. La gente vive de estándares y no debería ser así; habría que dejar a los demás vivir como mejor les parezca sin entrometerse ni opinar, porque al final de cuentas lo que importa es que todos seamos felices de la forma en que decidimos serlo.
FOTOS: JOAQUÍN DURÁN