Emprendedores

PABLO ACASIGÜE, EL ARQUITECTO DE LAS PIÑATAS

Él puede lograr que cualquier idea penda en eventos festivos como decoración o lista para alegrar a la gente. Sus piñatas son bien pensadas y perfectamente trabajadas   

Desde hace cinco años, Pablo Acasigüe, un arquitecto de Santa Cruz de la Sierra, se dedica a elaborar piñatas para todo acontecimiento donde se requiera de este recipiente lúdico. Así bien puede crear un tierno unicornio con colores pasteles para un cumpleaños, como una sensual mujer en biquini para una despedida de soltero. Obviamente, el relleno de cada  uno de estos ejemplos también será diferente.

Empezó con la piñata de uno de sus cuatro hijos. Era un podio con trofeo que encantó a todos y, por supuesto al cumpleañero. Desde entonces trabaja en ellas y a medida que incrementaron los pedidos ha tenido que investigar en internet y sumarse a grupos de piñateros para aprender nuevas técnicas de fabricación. Asimismo, solicitó la ayuda de su esposa Jenny Rojas para cumplir a tiempo con su clientela. «Lo curioso es que siendo mi ‘alumna’ tiene mejor acabado», confiesa el organizador de eventos infantiles. Sí, el hombre tomó un curso al respecto, vislumbrando un negocio fructífero en ese campo. 

Cada piñata es un reto para él, nadie le enseñó a hacerlas. Si bien se topó con modelos que no supo cómo crearlos, nunca se quedó a medias en su elaboración. Sobre los precios de sus productos, Pablo la tiene clara: «Mis piñatas no son las más económicas que hay en el mercado, pero estoy convencido de que cuestan lo que valen: son bien pensadas, perfectamente trabajadas y complementan a la perfección la decoración de cualquier fiesta». Además realiza escenarios y centros de mesa. «Entrego al cliente el cumpleañito listo», dice.

A la par de su negocio “festivo”, es dueño de una tienda de zapatos de niños en el mercado Los Pozos y antes de meterse al mundo que, según él, lo llena por completo, vendía ropa interior. La arquitectura fue parte de su vida solo por algún tiempo. Ahora se enorgullece de ser piñatero y de mostrar en sus redes sociales lo que hace para alegrar a mucha gente.  

Su clientela es variada y, como en todo negocio, hay de todo. «Mi público es gente ‘pipirisnai’, esa que aparentemente tiene para pagar mis piñatas», indica. «Hay personas que a las 10 de la mañana me deposita encargándome un trabajo y media hora después ya quiere ver el avance. Al principio yo aceptaba eso, pero ahora me hago respetar: muestro la piñata cuando está terminada». Y no todo ha sido satisfacción en el negocio: Pablo se ha topado con clientes descontentos con lo solicitado… «Y están los que fregan tanto la paciencia que al final es preferible devolverles su plata», acota. 

Definitivamente, él puede hacer piñata cualquier idea que le presenten. Al trabajar al “ojómetro” (no usa moldes), todo se puede crear en base al plastoformo, cartones y papeles que pasan por sus manos. Cuando mira lo que hizo hace cinco años se avergüenza por lo poco delicado que era, por la falta de detalles y el rústico acabado. Ahora sabe que a sus piñatas da pena romperlas.    

DATOS

Visitá: https://www.facebook.com/pabloacasigue

Celular: +591 70966050

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