Emprendedores

RUAH ES EL SUEÑO DE TODA LA VIDA DE SUSANA GUERRA

Los chocolates siempre fueron su pasión y se capacitó para fabricar los más deliciosos y saludables. Tanto trabajo ha dado sus frutos: clientes felices y premios internacionales

«Nunca es tarde para cumplir nuestros sueños», dice Susana Guerra, una paceña que, antes de crear su fábrica de chocolates cuando tenía 43 años, se dedicaba a la importación de papel. Siempre fue apasionada por el producto del cacao, pero las marcas industriales no le terminaron de gustar por sus múltiples añadidos y por ser poco saludables. Esa situación la llevó a tomar cursos en Quito, Buenos Aires, Atlanta y Madrid, y ya cuando estuvo segura de que podía hacer cosas maravillosas, nació Ruah. El empuje de sus hijos Natalia, Adriana y Hans, y de su esposo Hans Aneiva, fue importante para seguir adelante. «Yo soñaba con esto, incluso desde niña. El día que me trajeron las primeras mazorcas de cacao casi lloro de emoción, porque eran para mi fábrica», recuerda.

¿Qué significa Ruah? Estando en misa un día escuchó una canción que pronunciaba esa palabra. Le dijeron que significaba Espíritu Santo y entonces decidió que así se llamaría su emprendimiento. Y se convenció aún más de su elección, cuando en la bendición de la fábrica el sacerdote le indicó que la denominación iba más allá: es el soplo de Dios. Con todo esto, Susana está segura que está bendecida, al igual que las familias de las siete mujeres que trabajan con ella. «Nuestro personal puede venir a trabajar con sus hijos; el espacio no es grande, pero aquí cabemos todos y somos felices con las guaguas», asegura. «Dios ha puesto las cosas correctas en nuestro camino».

Desde septiembre, los productos Ruah están en los anaqueles de los supermercados Ketal de La Paz. Sus ingredientes son orgánicos y no contienen mantecas hidrogenadas ni grasas trans. Antes solo podían ser adquiridos en La Huerta, Senza, La Muela del Diablo, Café Retrato y Orgánica, en La Paz; en los supermercados Red, en Oruro; en la tienda Quiero Algo (Huper Mall) y Saín Deleite Saludable, en Cochabamba; en La Huerta y con la chef Cristina Ahumada en Santa Cruz; y en Nutrisalud, en Sucre. El hecho de la naturalidad de los chocolates y que tengan una línea con estevia los hace ser apetecibles por quienes mantienen un régimen alimenticio especial, ya sea por estética o por salud. Susana Guerra puede jurar que son tan deliciosos como si tuvieran azúcar. «Nuestros clientes nos escriben cosas superlindas: una señora me dijo que comer nuestros chocolates es hacerle mimos al corazón», cuenta entusiasmada.   

La materia prima para Ruah llega de varias comunidades del país dedicadas solo al cultivo del cacao. Todos los granos son deliciosos y, según la empresaria, están entre las 20 mejores muestras del mundo. Esos frutos se transforman en chocolate con 65 y 75 % de intensidad, chocolate con leche y granos de café, chocolate blanco verdadero con menta y chocolate blanco con té verde. Estos tres últimos fueron galardonados en Estados Unidos. «Esos premios nos pusieron en el ojo del mundo. Nos llamaron para pedirnos que exportemos, pero todavía somos pequeñitos, con producción chiquitita», indica.   

Susana puede estar horas hablando de su trabajo. De hecho, dice que podría quedarse en su fábrica más de lo debido por el amor que siente a lo que hace y, claro está, porque tiene que seguir innovando en tipos de chocolate. Hay mucho por hacer y muchísimo por disfrutar.

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